El error de Bravo... y el nuestro

De verdad y sinceramente, espero que al Gobierno le vaya bien, que mejore su estándar de gestión, pero no me queda claro si los cambios que se han hecho sirven para enfrentar los serios problemas de coordinación en lo que queda de administración. Lo que sí es evidente: las falencias en el área política no fueron tomadas en cuenta… no veo un punto de inflexión.

Es sano admitir  que la crisis en el ministerio de Justicia y varios de sus servicios son patentes, algunos ya insostenibles y todos críticos, pero muchas de las erradas acciones que se generaron en las últimas dos semanas son responsabilidad del equipo político de La Moneda.

Sin ir más lejos, un proyecto de ley para "corregir" el lío del padrón electoral hecho a la rápida, con serias deficiencias técnicas y hasta de constitucionalidad dudosa, no puede atribuirse a Justicia o al Registro Civil.

Los errores sirven para aprender, pero cuando los errores sólo sirven para cometer otros y para ahondar una gestión que se llena de equivocaciones, estamos ante una contumacia inentendible. El momento tampoco fue el más feliz ya que en estas horas se va a estar hablando del cambio de gabinete y no de las elecciones, que es lo que debía convocarnos como foco y como relato político.

Pero ya está. El daño está hecho y no queda más que volver a encontrar el foco. Y ese foco es que la coordinación política sigue estando muy perdida y eso es una deficiencia que nos va a llevar a cometer errores tal vez más graves que el del padrón electoral si no se corrigen las fallas.

La Presidenta y su equipo asesor debe tratar de entender que para eso se usa la experiencia en política, para eso se escucha a los que llevan años en esta actividad, para eso se confía en las personas cuando hacen una crítica honesta y constructiva, para eso sirve la coordinación.

Hay errores y no tiene nada de malo hablarlo, con confianza, con sinceridad y con humildad. Si nadie está libre de "embarrarla", como el error que cometió Claudio Bravo en la Champions. Nadie duda de la calidad de portero, pero hay veces que el exceso de confianza, la soberbia o fallas no forzadas, nos hacen exponer al equipo a una derrota.

Nadie duda de las capacidades de los ministros y del equipo de la Presidenta, pero es evidente que las fallas pudieron haberse trabajado, conversado y sincerado con el resto del equipo. Sólo así podemos cuidar la defensa del proyecto que llevamos adelante y proponer mejores soluciones a un problema que al fin de cuentas, sí es de todos. ¿O es que no se considera a los partidos como parte del mismo equipo?

No lo creo y como no lo creo, espero que en lo sucesivo se escuche, se dialogue y se entienda que no  podemos esconder la pelota, ni seguir sembrando desconfianzas dentro de la propia coalición.

Hay un proyecto político, seamos  capaces de revertir una mala evaluación que ha sido fruto de la crítica artera de la derecha, pero en buena parte de errores demasiado previsibles.

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