Los trabajadores al poder

Mariano Ruiz-Esquide

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Ayer el Frente de Trabajadores de la Democracia Cristiana se reunió para plantear sus puntos de vista y recoger las opiniones de las actuales tres centrales que existen en Chile.

Su objetivo fundamental fue hacer un análisis de la situación objetiva del sindicalismo chileno de la empresas más importantes del país y de las Pymes estudiando especialmente las relaciones humanas y los problemas pendientes.

Durante el ejercicio del encuentro que duró más de 12 horas se abordaron temas inmediatos, mediatos y de largo plazo.

Entre los primeros fue el análisis del actual estado de la reforma laboral que con seguridad será materia del próximo Consejo Nacional y de la Junta Nacional que se realizará el sábado 2 de abril.

Su análisis y el pronóstico de lo que en ella va a constituir un elemento indispensable para resolver uno de los temas que más profundamente ha movilizado el juego de opiniones de nuestro partido pero también a través de los últimos 20 años de las posiciones de los otros partidos que forman la Nueva Mayoría y por supuesto de los sectores empresariales que están claramente entrecruzados con los sectores políticos de la Derecha chilena desde que tenemos conocimiento más objetivo de nuestra historia.

Las medidas que he mencionado como de mediano plazo constituyen el requerimiento de la armonía social con respeto por los derechos de las partes y el cuidado de las normas legales, para que garantizando los derechos de los trabajadores, avale también el clima favorable para las Empresas Pyme,  la inteligencia y compresión de los empresarios para entender que no hay productividad y desarrollo si no se les entrega a los trabajadores su derecho a la identidad sindical y sus garantías de un trato justo.

Como bien decía Radomiro Tomic, el dinero tiene el vientre frio y solo el trabajo permite el crecimiento económico y la justicia social.

Pero también la reunión de los trabajadores demócratas cristianos fue una poderosa discusión del esquema laboral y sindical que debemos imaginarnos y ver para más allá de éste y el próximo gobierno.

El Centro de esta proyección debe ser claramente la capacidad de conciliar los derechos de las partes y el trato justo de las personas, además de generar las condiciones para el crecimiento económico. Hace ya muchos años que hay conciencia que los países requieren una equidad productiva y no quedarse en la simple revolución distributiva.

Escribo estas líneas en la convicción que el momento que vive Chile es histórico, no sólo por los cambios que se han producido en el mundo político sino también porque cada día,  el hombre común y los representantes de las instituciones políticas e intermedias van comprendiendo que un país como el nuestro no puede desarrollarse cabalmente  con el aporte de un solo sector del país sea religioso, empresariales, de trabajadores o de otro sector político.

En este marco de reflexión este encuentro de los trabajadores demócratas cristianos, con decisiones que con seguridad serán respaldadas por sectores de otros partidos políticos, y podremos mirar los años que vienen con fe en el futuro.

Hace algunos días mencioné en un arrebato de entusiasmo que no quería morirme sin antes ver nacionalizado el Cobre.

Señalé después que en el año 2012 había presentado un proyecto de nacionalización del litio, cuya necesidad hoy se confirma en los hechos.

Hoy quisiera decir que a medida que se producen los problemas en el mundo político y empresarial obnubilados por la mezcla tentadora del poder y el dinero, la presencia de los trabajadores en forma activa en el proceso productivo y distributivo de la riqueza con equidad y justicia, superarán los problemas. Eso en la medida que puedan acceder con  mayor fuerza al debate político y tener presencia tanto en lo personal como en lo corporativo para dirigir el país.

No es un llamado corporativista como modelo es simplemente hacer participar en el Gobierno del país a las grandes fuerzas sociales y políticas actuales: partidos políticos, organizaciones intermedias, sectores empresariales con sentido social, trabajadores, hombres y mujeres de todo Chile.

Para la Democracia Cristiana esto no es una demanda reciente en el meollo de nuestra fundación; la presencia en la transformación de Chile en el mundo laboral fue básica al igual que la presencia de la juventud, los trabajadores, intelectuales y las mujeres.

Seremos siempre consecuentes con esta visión integral e integradora del Estado y de los programas públicos.

La presencia de la jornada que hemos mencionado nos da esperanza para mirar con confianza los próximos años.

Esta esperanza es la que hemos tomado como bandera de la tarea que hoy tenemos para superar nuestras debilidades.