Hace pocos días un comerciante ambulante recibió varios impactos de bala en el sector de la Playa del Sol, en Viña del Mar, que le causaron la muerte. Horas antes de este hecho se había producido otro incidente con armas de fuego involucradas, en una discoteca de Valparaíso, y que terminó con tres personas heridas: un hombre, una mujer y una menor de 17 años. Esto se suma al secuestro con extorsión con resultado de homicidio que ocurrió en Iquique y el asesinato por encargo del empresario Alejandro Correa, en Concón.
Hace pocos días se promulgó la nueva Ley de Armas, que actualiza los elementos prohibidos para las armas, como el uso de silenciadores, de los dispositivos que convierten semiautomáticas en automáticas y se incluye las de fogueo o de juguete adaptadas para utilizar balas. En relación con la trazabilidad, se incorpora un registro de ADN balístico cuyo objetivo es permitir identificar el arma desde donde fue disparada y también se establecen mayores exigencias al momento de internar armas al país y registrarlas.
Uno de los cambios más trascendentales de esta nueva legislación es el aumento de penas para los delitos asociados a las armas. Es así como la venta de municiones no autorizadas pasa a ser un delito, además, se crea el delito de adulteración, alteración o destrucción del sistema de trazabilidad. Un punto importante es la fiscalización, se incorpora a la PDI para el cumplimiento de dicha labor (hoy sólo pueden fiscalizar Carabineros y FF.AA.). Se permite, también, fiscalizar con mayor exigencia a polígonos, canchas de tiro, depósitos de reparación o fabricación de armas.
Lo que se controla, funciona, por este motivo debemos tener más controles preventivos para detectar las armas ilegales. Las personas que no están haciendo nada malo o si no portan algo indebido no tiene por qué molestarse con identificarse frente a la autoridad. Así vamos a evitar que anden circulando tantas armas en la calle de manera clandestina.
El problema de seguridad pública que generan las armas no está en quienes cumplen con la ley para su tenencia y porte. El problema está en los delincuentes y organizaciones criminales que en forma ilícita obtienen y utilizan armas para cometer sus delitos. Ese es el problema que hay que resolver y donde hay que priorizar todos los esfuerzos.
Existe un consenso en el mundo político y el Ejecutivo sobre la importancia que tiene para el país el sacar adelante un Ministerio de Seguridad Pública. Además, es clave la modernización de las policías para que se actualicen sus capacidades y se especialicen, utilizando de mejor forma las herramientas tecnológicas que existen para combatir la delincuencia.
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