¡No a los provocadores!

Si estamos en contra de la violencia, además de declararlo, es necesario no repetir frases basadas en las sensibilidades de las víctimas de la violencia en la zona mapuche, que provocan emociones y no razones para enfrentar el conflicto.

El dolor de la pérdida de vidas humanas no nos permite hacer análisis de una situación determinada. Es importante no dejarse llevar por percepciones y opiniones que no van de la mano de argumentos.

Defender los derechos humanos significa proteger a las víctimas por violación a esos derechos que ejercen los Estados contra las personas.

Quien defiende a las víctimas de crímenes horrorosos, como el del matrimonio Luchsinger Mackay, son los Tribunales de Justicia, que son parte del Estado. Por lo tanto, como bien lo decía el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, debe ser una preocupación de todos los poderes y de la sociedad toda.

Nos conmueven todos los hechos de violencia, por lo tanto, debemos buscar los caminos políticos que colaboren a evitarlos y que no tienen que ver sólo con el control de los mismos, sobre todo tiene que ver con acordar la planificación del reconocimiento de los derechos vulnerados del pueblo Mapuche en las distintas dimensiones conocidas.

- Reconocimiento Constitucional

- Recuperación de tierras

- Representación Mapuche

Al menos estas tres R son la base para construir la paz entre Chile y el Pueblo Mapuche.Pongámonos a trabajar y dejemos las provocaciones de lado.

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