Una apuesta a mayor crecimiento

Finalmente conocimos el proyecto de Ley Presupuesto 2018, coherente con los compromisos y eso es lo destacable, cuando un gobierno asume, tiene que hacer los esfuerzos por cumplir. 

No fue sorpresa que el eje estuviera planteado por Educación y Salud, lo que además se buscó también con la Reforma Tributaria. Y sin duda que la sensibilidad de recoger la inquietud por la situación del Sename es un punto a favor indiscutible. Pero más allá de la contingencia, me parece relevante la mirada al crecimiento y reactivación dada en este proyecto, enfocado en la inversión pública. Cuyo énfasis fue descuidado durante la administración pasada y retomado con un aumento en este ítem.

Son hasta ahora cifras preliminares, con los datos concretos en materia de educación nos hace más sentido este incremento en el gasto público, que más que aumentar la deuda, como advierten desde la Derecha de manera agorera, no tiene otro sentido que el de financiar la gratuidad en educación al 60% de los estudiantes más vulnerables o, la inversión para cumplir la meta de que 70 mil infantes tengan acceso gratuito a salas cunas, lo que permite además incentivar una mayor fuerza laboral femenina.  Lo mismo la implementación de la Nueva Educación Pública.

Son las cifras globales de las que hasta ahora se ha colgado la Derecha para crear alertas.

Este Erario 2018 obedece al deber de bajar el déficit estructural del 0,5% que está dentro de la política responsable, Chile es un país de certezas donde es bueno invertir.

Presupuesto que además cumple con la suficiente holgura y recursos para el gobierno que viene, sea cual sea su signo. Contrario a la intención que se le busca dar respecto que la Nueva Mayoría tiene intención de defender el llamado “legado” de esta administración. Esta apuesta refleja que no se trata sólo de lo discursivo, sino que el compromiso sobrepasa al simple relato. Hay familias que han visto cómo sus vidas cambiaron para siempre, por ejemplo, al no tener que pagar la colegiatura o la universidad de sus hijos.

Pero es verdad que debemos tener ciertos resguardos.

En agosto, el Índice de Producción Industrial alcanzó un crecimiento de un 5,1% respecto de igual mes del año anterior,  producto del aumento de la actividad de tres de los sectores más sensibles de nuestra economía.

Del mismo modo, el empleo anotó cifras auspiciosas con una caída de 6,9% a 6,6%, marcando una señal de que el mercado laboral está recuperándose. Todo esto pudiera tentarnos a desatar las naves y emprender una escalada alcista que puede ser muy ilusoria. Sin embargo, el Ejecutivo tomó la vía responsable de apostar por un crecimiento en 3,9%  del gasto público.

Y es que corresponde cuidar, asegurar y potenciar estos pequeños brotes, porque aún es incierta la recuperación total del cobre y falta consolidar al menos unos cuantos meses de crecimiento claro y nítido.

Lo que sí es cierto, es que las mejores cifras son señales inequívocas de que la reactivación llegó antes, aguándole la fiesta a quienes aseguran, en tono mesiánico, que el avance se viene de la mano de su candidato.

Tenemos mejores perspectivas y pueden seguir si tramitamos un presupuesto que sea ante todo responsable. Y esto tiene que ver con invertir en aquellas cosas que sí transforman a Chile e impulsan una mejor calidad de vida.

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