¿Montoneros y maleantes?

El juez Urrutia, al autorizar a algunos reos videollamadas, permitió que salga a flote lo más abyecto y antidemocrático de quienes se manifiestan contrarios al dictamen. Ante la negativa a los derechos inalienables del mundo penal queda claro ese miedo ancestral e irracional a dar oportunidades y una nueva forma de vida al interior de las cárceles.

La miopía, la pobreza reflexiva, la cultura castigadora denotan una sociedad esclerótica. El negacionismo de tantos ante múltiples evidencias positivas y necesarias de planes innovadores que han permitido avanzar en materia de prevención y reinserción de quienes han delinquido, es impresentable.

La mentira y contradicción flagrante del Gobierno, con sus vociferante "los derechos humanos ante todo", fueron manipulación electoral y hoy nada más un populismo que envenena.

Chile ha firmado todos los protocolos internacionales que cautelan los derechos y deberes de quienes se encuentran en privación de libertad, pero eso no pasa de ser una burla. En los países democráticos las órdenes judiciales se cumplen. ¿O es que queremos un país de montoneros y maleantes?

Es el Ministerio de Justicia el que debe mandatar a Gendarmería para ejecutar de modo digno, y con las debidas condiciones técnicas y preventivas, la orden judicial. Pero en el miserable anhelo y afán de ganar las simpatías de la población, no se trepida incluso de tomar las medidas contrarias al estado democrático.

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