Despidos indeseables

El Estado de Chile es débil y esa debilidad atenta contra el desarrollo sostenible que requerimos como nación. La mala administración de los gobiernos de turno,  personas de izquierda y de derecha que hemos participado en la gobernanza de este país pos golpe, hemos tenido alguna responsabilidad en ello.

En mis tiempos de diputada, defendí a las funcionarias y funcionarios públicos que eran despedidos  de todos los ministerios con los cambios de gobierno. Con las herramientas legislativas que nos marcaba la Constitución, nos uníamos a la presión que hacían los sindicatos y la ANEF en defensa de los derechos laborales de los trabajadores. Claramente esos esfuerzos han sido insuficientes.

Mis motivaciones para levantar la voz por esos  despidos y los de hoy, se sostenían y sostienen en el quehacer político que me obligaba y obliga a actuar coherentemente desde mis principios, además de solidarizar con los profesionales que se quedaban sin trabajo de una manera injustificada, porque no eran Ministros, jefes de servicio y asesores a los que echaban de sus pegas, ya que sabemos que estos cargos tienen fecha de término.

Los miles de despidos injustificados eran y son de profesionales comprometidos con sus tareas, que mantienen y fortalecen la continuidad del trabajo para un servicio que debe ser eficaz y eficiente, porque el Estado es el que representa, ejerce y respeta las normas de convivencia social de todos. Finalmente el Estado sustenta el desarrollo integral del país. El Estado somos todos.

Una vez más me toca ser parte de un equipo de personas que trabajan en el Estado, quienes colaboramos para construir un país más justo y solidario desde el Programa Quiero Mi Barrio, del ministerio de la Vivienda y Urbanismo creado en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet. 

Cuando soy testigo directa de las acciones fríamente calculadas de desvinculación  de profesionales que no tienen justificación, porque sólo los echan con el fin de  obtener cupos para la gente de los partidos de derecha que son el soporte del gobierno de Sebastián Piñera, me queda claro que estamos lejos de contar con un Estado sólido que genere crecimiento de acuerdo a las exigencias que indiquen las realidades sociales, económicas y culturales.

De esta manera  una vez más el discurso de continuidad que repiten muchos ministros de Piñera y que uno entendería como una política inteligente para potenciar el trabajo que el Estado debe realizar, se contradice con las acciones de despidos injustificados que en la Dirección de Desarrollo Urbano y especialmente en el Programa Quiero Mi Barrio suceden hoy.

Soy actriz y Comunicadora Social, desde ahí he aportado un granito de arena creando una agenda de cultura ciudadana y multisectorial con el objetivo de revitalizar un programa diseñado para que las obras que construyen barrios vayan de la mano a una gestión social y cultural de participación deliberativa.  He sido compañera  de trabajo de muchos despedidos, solidarizo con ellos.

Mientras esté viva y pueda expresar mis emociones y pensamientos, compartiré estas experiencias  dolorosas, porque estoy segura que en alguna parte, nos encontraremos con espacios más amables para seguir  soñando y formando parte del país que queremos.

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