Conversaciones con la música
Recién en diciembre Juan Antonio Muñoz, crítico de ópera y teatro, publicó un libro que trata, como su nombre lo señala, de “Conversaciones con la música”. En un lenguaje amigable y ágil, hace una recapitulación de setenta entrevistas a lo largo de su vida profesional. Se dedica a indagar y descubrir lo mejor de 41 cantantes líricos, 13 directores de orquesta, 9 solistas instrumentales y 7 compositores.
Al recorrer las páginas hay una invitación, la cual el lector puede aceptar fácilmente: dialogar con los artistas. Siempre hay un aprendizaje con cada uno de ellos, donde la constante es la certeza de que, para poder triunfar, no solo el talento es necesario, sino el trabajo, el esfuerzo, la perseverancia, la dedicación, la experiencia y los alientos afectivos.
El crítico de ópera entrevista a personalidades de las últimas tres décadas, que destacan en el mundo clásico, tales como, Cristina Gallardo-Domás, Jonas Kaufmann, Ana Netrebko, Paolo Bortolameolli, Alfredo Perl, Mikis Theodorakis, entre tantos talentos.
Es un imperdible, si se quiere conocer desde cerca el lenguaje y los códigos con que los grandes músicos y cantantes se vinculan con el medio.
No hay que temer a sus 599 páginas, está escrito para el público en general y se puede leer desde el inicio o simplemente hojearlo hasta encontrar una entrevista de interés, algo que me ocurrió desde el principio y fue una constante.
En Conversaciones con la música hay preguntas incisivas como por ejemplo la que hace a la soprano sueca Birgit Nilsson sobre Puccini.
“¿Qué cree usted que quiso decir el compositor con respecto a la mujer?
“Creo que las mujeres significaron mucho para él, ya que les compuso esa música maravillosa. Su Tosca es un gran rol para crear. Yo la ví siempre más como una mujer enamorada que como una diva consentida”.
Y hay consultas íntimas, como la que le hizo a la soprano Anna Netrebko.
“¿Cómo cambiaron la vida y la forma de hacer arte para usted con la maternidad?”
“Yo soy una artista y la maternidad no tiene nada que ver con eso. Sin embargo, convertirme en mamá lo alteró todo para mí. Tiago es mi mundo entero, y lo amo y lo apoyo todos los días. Físicamente hablando, sentí que mi canto se fortaleció después que lo tuve. También me cambió el cuerpo y mi voz avanzó, permitiéndome enfrentar otro repertorio. Además, ya no me preocupo tanto de mi cuerpo; mi voz ha cambiado y mi cuerpo también. Eso hay que asumirlo. Estoy cómoda y relajada con ambos”.
Siempre digna de ser comentada, la hermosa vivencia del director de orquesta Paolo Bortolameolli, al siguiente asunto.
“¿Y qué gatilló la pasión?”
El primer impacto musical heavy fue a los siete años, cuando mi papá me llevó a escuchar la Quinta de Beethoven. Dirigía Michelangelo Veltri. Iba preparado. Mi papá me explicó la Quinta; lo que era un movimiento, lo que era una fuga… Habíamos escuchado mucho el último movimiento. Estábamos en el concierto y en la transición del tercero al cuarto movimiento, cuando todo se va a las penumbras y parten los violines y crece esta cosa enorme, me eché a llorar. Mucho. Nunca antes en mi vida había sentido una emoción así. Mi papá se dio cuenta, me tomó la mano y se puso a llorar también …”
Hay muchas y variadas preguntas, profundas y agudas.
¿Qué piensa cuando escucha los vaticinios de muerte para la ópera?
¿De cualquier manera, es arriesgado atacar el verismo tempranamente?
¿Ayuda la música a seguir la tragedia y al personaje?
¿Es mala su Norma?
¿Piensa que el arte puede desentenderse de la ideología?
¿Crisis de voces, también?
¿De qué manera el intelecto influye en su manera de acercarse a la música? Si estuviera obligado a escoger un Verdi, ¿cuál es el que le quita el sueño?
Las respuestas las encontrará en este libro que es un lujo, tanto por la versatilidad, experiencia y conocimientos del autor, como por el alto nivel de los artistas.
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