Escuchar las señales del cuerpo a tiempo, clave para una salud preventiva

Paula Molina Curutchet

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Nuestro cuerpo es un sistema maravilloso que constantemente nos da señales de lo que necesita para mantenerse sano. Sin embargo, la velocidad y el estrés de la vida moderna, muchas veces nos hacen pasarlas por alto y, peor aún, asociarlas con síntomas que poco o nada tienen que ver con la causa de fondo. Uno de los ejemplos más claros de esto ocurre cuando nuestro organismo empieza a mostrar signos de deficiencias vitamínicas.

En Chile, donde la dieta sigue estando muy influenciada por productos ultraprocesados y hábitos poco saludables, es fundamental aprender a reconocer estos síntomas y actuar a tiempo para evitar complicaciones posteriores.

Las vitaminas son micronutrientes esenciales para mantener el funcionamiento adecuado de nuestro organismo. Cada una de ellas juega un papel específico: desde regular la función inmune hasta mantener la salud ósea y cardiovascular. Sin embargo, cuando su ingesta no es suficiente, las consecuencias pueden ser graves. Algunos de los signos más comunes de déficit vitamínico incluyen fatiga crónica, piel pálida o amarillenta, uñas quebradizas y caída del cabello. Estos síntomas suelen ser ignorados como simples molestias cotidianas.

La Encuesta Nacional de Salud 2017 mostró que un alto porcentaje de la población chilena presenta carencias nutricionales, particularmente en lo que a ingesta de frutas y verduras se refiere. Según datos de la Universidad de Chile, 95% de los chilenos no cumple con una dieta saludable, lo que incrementa el riesgo de deficiencias vitamínicas. Este déficit afecta tanto a adultos como a niños, quienes a menudo tienen dietas desequilibradas.

Por esto, es fundamental tomar consciencia de que la alimentación no solo debe ser suficiente en cantidad, sino también en calidad. Sin embargo, en muchos casos, es necesario acudir a suplementos vitamínicos, siempre bajo la supervisión de un médico, para corregir las deficiencias detectadas.

A través de exámenes médicos, como análisis de sangre, podemos conocer nuestros niveles de vitaminas y tomar decisiones informadas. Es importante tener en cuenta que muchas deficiencias pueden corregirse a través de una mejor alimentación o con la incorporación de suplementos, pero siempre con la guía de un profesional de la salud. Nuestro cuerpo nos habla constantemente por lo que es fundamental para una mejor calidad de vida aprender a escucharlo a tiempo.