¿Qué será más eficiente? ¿Legalizar o luchar contra la droga?

Patricio Young

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Con motivo del fallecimiento de José Mujica y todos los merecidos homenajes que se hicieron, apareció una grabación en la que señala su posición frente al tema de las drogas. Señala que siendo la drogadicción una enfermedad, era mejor mantenerla controlada y manejada por el Estado que dejada al negocio y sus fatales consecuencias.

Señalaba que en manos del Estado se podría poner el acento en atender al drogadicto, contando con un registro de drogadictos, que posibilitaría su control, realizar terapias y además sabiendo la dosis que hoy utiliza, cualquier aumento puede poner en alerta a las autoridades de salud y realizar un control y atención especial a ese adicto.

Es cierto, es un tema complejo que implica aspectos sociales, jurídicos, económicos, de salud y naturalmente de seguridad. Veamos sus ventajas y desventajas.

Sus ventajas:

1. Quizás la más importante es el fin del mercado negro y con ello de los carteles y la violencia de la droga, que significa al país muchísimos recursos económicos, humanos, técnicos y de seguridad. Se estima que el precio de las drogas caería hasta 90%, reduciendo la rentabilidad del tráfico ilegal
2. El control de producción asegura la calidad, garantizando estándares de pureza y dosificación
3. La legalización permitiría redirigir los millonarios gastos hacia prevención, tratamiento de adicciones y programas sociales
4. Al despenalizar, se asume como un tema de Salud Pública y se reduce el estigma y se facilita el acceso a tratamientos voluntarios
5. La venta regulada permitiría gravar las drogas, generando ingresos para el Estado. Este modelo ya funciona con el alcohol y el tabaco, aunque requiere balancear impuestos para evitar mercados paralelos .

Sus desventajas:

1. Se podría normalizar el uso, especialmente entre jóvenes. Además, la percepción de riesgo disminuye, lo que podría llevar a experimentación temprana
2. Coordinar la producción, distribución y venta bajo parámetros estatales es complejo. Se podría desviar drogas hacia usos no médicos o mercados ilegales, especialmente para menores
3. Aunque la regulación mejoraría la seguridad, el consumo prolongado sigue asociándose a daños como dependencia, psicosis y enfermedades respiratorias

Algunas experiencia nos dan señales. En países como Portugal, donde se despenalizó su uso en 2011, la descriminalización disminuyó los arrestos y la influencia de las mafias, logró disminuir las muertes por sobredosis en 80% y las enfermedades transmitidas por jeringas tras adoptar políticas centradas en salud

En Países Bajos, implementado desde los años '70, solo el 5% entre 15 y 64 años consume cannabis, mientras en España es el 10%, Francia 9%, Italia 14,6% En cuanto a cocaína, el 0,6% consume, cuando la media europea es de 1,2%, donde España tiene 3,1% y Reino Unido 2,3%. En cuanto al tratamiento con heroína sintética para adictos graves, redujo en 30% la población heroinómana que tenía desde 1983. Registra 8 muertes por millón de habitantes relacionadas con droga, una de las tasas más bajas de Europa: Luxemburgo tiene 85 por millón (Observatorio Europeo de Droga). A todo esto hay que agregar una reducción de la criminalidad que llevó a cerrar varias cárceles.

En tanto, en Oregón (EE.UU.), la despenalización generó más de U$300 millones para servicios de salud mental y reducción de daños

Como en toda decisión hay pros y contras. Por ejemplo, Países Bajos es el principal productor de éxtasis y metanfetaminas que generan ganancias del orden de 19.000 millones de euros anuales. También el efecto negativo es el turismo de droga que aún no ha sido subsanado.

El tema es que por el camino que hoy seguimos parece imposible controlar el flagelo y sus horribles consecuencias, por el contrario se siguen ahondando. Quizás valga la pena hacer un nuevo camino, con un enfoque equilibrado que convine regulación estricta, educación preventiva y acceso a tratamientos, con un férreo control. Es un camino centrado en la persona que sufre la adicción y no solo en la tranquilidad de los que estamos ajenos a ella. Es un debate pendiente que debemos iniciar con altura de miras.