Larga vida al Plan de Emergencia Habitacional del Minvu

Ricardo Carvajal

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Sin lugar a duda, todos han escuchado sobre el Plan de Emergencia Habitacional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que se anunció el 2022 y se encuentra actualmente en ejecución y que consiste en una ambiciosa meta de entregar 260.000 viviendas al final del período de este gobierno.

Este plan, como todos los planes de un gobierno, tiene adherentes y detractores, dentro de las principales críticas que se le hace es que el déficit habitacional es mucho mayor al número comprometido y que después de terminada esta administración seguirá existiendo un déficit habitacional importante.

Lo que no se puede negar es que este Plan de Emergencia Habitacional le ha dado un nuevo impulso a la construcción de viviendas de interés social, aspirando a duplicar la producción anual de unidades con las nuevas herramientas que se han implementado como la agenda de construcción industrializada, el banco de suelo público y las nuevas líneas de inversión habitacional, por mencionar algunas.

Lo que no mucha gente sabe es que el Plan de Emergencia Habitacional responde a un mandato que estableció la ley 21.450 que inició su discusión el año 2018 y fue promulgada el 12 de mayo de 2022. Esta ley es la que le da facultades y herramientas extraordinarias al Ministerio de Vivienda y Urbanismo como la adquisición de terrenos para vivienda de interés social, la habilitación normativa de estos predios y el mismo concepto de Plan de Emergencia Habitacional.

Todas estas facultades como lo estipula la misma ley 21.450, desaparecerán el 31 de diciembre de 2025, por lo que es indispensable evaluar la continuidad del Plan de Emergencia Habitacional más allá del presente período, ya que no tiene sentido tener herramientas extraordinarias con un plazo de menos de cuatro años, para un problema de Estado que va a tomar mucho más que un período en resolverse.

El reloj ya está andando en este 2025, por lo que es necesario tener una discusión seria y de mirada de largo plazo para un problema de Estado, que requiere de apoyo transversal para poder salir adelante y obviamente contar con más herramientas y no menos para el futuro es algo que hay que resolver ahora.