La filtración de datos de tarjetas de crédito fue una situación compleja para el sistema financiero nacional. Este hecho, que se puede considerar como uno de los más preocupantes en Chile respecto a la vulneración de datos personales de clientes bancarios, fue cuestionado por miles de usuarios en redes sociales, a propósito de la gran cobertura a nivel local e internacional de esta noticia.
Si bien se activaron los protocolos de seguridad y se informó a los usuarios afectados, la incertidumbre fue protagonista y colocó nuevamente en el debate la seguridad de éstos medios de pago.
A partir de esta situación, el gobierno anunció un proyecto de ley que busca modernizar la legislación relativa al hackeo de datos, estableciendo nuevos tipos de ciber delitos, mientras distintas investigaciones han adelantado que la filtración se podría haber originado desde un sitio web e-commerce, situación preocupante si consideramos que miles de usuarios compran con tarjetas de crédito en estos sitios.
Sin duda, no sólo es responsabilidad de la banca nacional el resguardo de información financiera de los clientes. Las empresas que cuentan con tiendas online como canal de venta también deben implementar todas las medidas de seguridad en sus sistemas, utilizando medios de pago seguros.
Hoy en día muchas empresas solicitan números de tarjeta de crédito por teléfono, correo electrónico, formularios de contacto o fotografías, generando un potencial problema de seguridad, porque generalmente la información no viaja encriptada por estas vías y, en la mayoría de los casos, no existen protocolos de almacenamiento seguros de la información, poniendo en riesgo de robo los datos de clientes y de la propia empresa.
Llama la atención este tema, pues no es necesario hacer una gran inversión para contar con esta tecnología que está al alcance de tanto de grandes empresas como de las Pymes, y que muchas empresas aún no adoptan.
Existen otras plataformas donde pueden recibir pagos de forma simple y segura, a través de su página web o por correo electrónico (información encriptada), sin la necesidad de intercambiar directamente información asociada a las tarjetas. En ese caso, es la plataforma de pagos quien se encarga de manejar el riesgo, protegiendo al comercio y al cliente. Incluso la transferencia electrónica de fondos también se ha posicionado como un medio de pago muy común y seguro en el país, al que la gran mayoría de los chilenos pueden acceder.
Sin embargo, también hay una gran responsabilidad de los usuarios, quienes deben estar siempre atentos a comprar sólo en sitios Web que cuenten con medios de pago seguros para minimizar el riesgo de fraude y verse involucrados en casos como la filtración de datos de tarjetas de crédito. Un hecho que seguramente marcará un gran hito en lo que ha sido el desafío de ofrecer seguridad y tranquilidad a los usuarios en internet.
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