Pareciera que da lo mismo conmemorar o celebrar, muertes o natalicios; pareciera que lo importante es tener una excusa para recordar o relevar un hecho histórico o un personaje.
No creo que sea necesario un pretexto para traer a la memoria o al corazón a alguien que se añora, pero sí es fundamental seducir a las personas interesadas en el tema para que no olviden que es un buen referente.
Entonces, ¿qué hago? Me parece importante instalar en la opinión pública el prolífico trabajo del folclorólogo, no folclorista, OrestePlath, porque tuvo la capacidad de rescatar las tradiciones y el sentir de la cultura popular chilena, punto donde se encuentran las raíces de nuestra identidad nacional, tan latente en esta vorágine de sobrevivencia cotidiana entre lo alto de nuestra cordillera y lo profundo de nuestro mar, a lo largo, tan largo…
Variados estudios sobre el folclor chileno, lingüístico, del carbón, tradiciones médicas y religiosas, las animitas, los mitos, las leyendas, el lenguaje de los pájaros, juegos y diversiones, la epopeya del “roto” chileno, entre otras, dan cuenta de la capacidad de Oreste Plath de captar, sintetizar y sistematizar nuestras costumbres en todas sus expresiones.
Todo lo anterior, material imprescindible para estudiantes, investigadores, periodistas y quienes buscan referencias documentadas y rigurosas sobre nuestro folclor.
¿Conmemoro el 24 de julio los veinte años de la muerte o celebro el 13 de agosto los 109 años del natalicio, de quien oficialmente se llamaba César Octavio Müller Leiva?
Creo que no voy a celebrar ni conmemorar. Solamente diré que sus libros e investigaciones, que se encuentran fácilmente en librerías, internet y facebook, marcan un hito en la bibliografía sobre nuestro rescate cultural.
Pero, ¿hay muchos otros investigadores de la época que realizan trabajos similares? Es verdad, es así, y también son recomendables.
Lo que puedo decir es que OrestePlath logró cercanía con la gente en su trabajo etnográfico y de investigación en terreno, lo cual se tradujo en escritos sencillos, pero no por ello menos académicos, de fácil lectura y con gran cantidad de información.
¿Conmemorar, celebrar o recordar sin excusas? Tal vez debería haber esperado a septiembre.
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