Junten rabia

Triste es el espectáculo que dimos una vez más como país, tras los sucesivos cortes de agua potable, que dejó sin el vital elemento a los habitantes del Área Metropolitana y la región de Valparaíso donde se concentra cerca del 60 % de la población.

En consecuencia, ¿quién le pone el cascabel al gato? Nadie. Al parecer las autoridades se hacen las ciegas, sordas y mudas. Reaccionando tardíamente ante estos eventos que causan tanto malestar e inconvenientes de distinta  naturaleza.

Por otra parte las empresas, concesionadas dan fútiles explicaciones que solo conducen a una mayor y generalizada indignación, la gente está cansada , molesta  y decepcionada, siente que nuevamente nos meten el dedo en la boca, riéndose de todos nosotros.

Miles de ciudadanos, adultos mayores, hombres, mujeres niños, tuvieron que hacer humillantes colas,  para que un camión aljibe, dispuesto por las Municipalidades, les abasteciera  del vital elemento tan indispensable para vivir.

El  vergonzoso espectáculo en toda la V región, no fue distinto, los veraneantes nacionales y turistas extranjeros se fueron, dejando con los crespos hechos a los negocios de hoteles, residenciales y restaurantes. Estos trabajadores  esperan todo el año para ganarse una monedas con el turismo estival.

El porqué las inversiones en grandes estanques de almacenamiento de agua potable, no se hacen, para resolver de inmediato la carencia de ella, en caso de emergencia, es una pregunta que no tiene respuesta, ni la tendrá hasta que no se cambie la legislación

Así no tendríamos que andar mendigando un poco de agua. La dignidad de los usuarios o consumidores una vez más ha sido pisoteada. La colusión es pan nuestro de cada día, la sufrimos mientras quienes tienen que defendernos están en otra.

El ciudadano o ciudadana tiene que aguantársela, este fue un bien de uso público, al igual  que otros servicios, que no nos pertenecen.Salvo que se luche por su nacionalización, la explotación esta entregada en  concesión a  la empresa española Aguas Barcelona, que controla Aguas Andinas, a su real antojo.

En otras palabras Emos, Esval, Essbio y Essal, manejan y distribuyen, toda el agua potable, que necesitamos para nuestro diario consumo. Es indispensable que se le ponga atajo a tanta desidia de parte de los empresarios a cargo, que usan y abusan, con la población desprotegida.

Aguas  Andinas de los españoles, obtuvieron el año pasado 120 mil millones de utilidad; Esval algo parecido, por lo tanto no pierden, es un pingüe negocio, muy lucrativo para los capitales extranjeros, pésimo para los chilenos y chilenas que sufrimos las consecuencias.

Estos monopolios que explotan el vital liquido, no cumplen, no es la primera vez que suceden estos lamentables hechos, la fragilidad a que estamos sometidos, por los vacíos de la ley, hace que el respeto que merecemos, simplemente se ignore, al fin y al cabo, después de largos juicios en los tribunales todo se arregla entre cuatros paredes.

Chile es el único país que tiene sus aguas en concesiones, prácticamente privatizadas, la regulación y modernización de este cuerpo legal, urge, no podemos seguir juntando rabia, debemos unirnos para decir de una vez por toda basta de tanto abuso indiscriminado.

Sobre 420 millones entregó Aguas Andinas a candidatos. Pagos ilegales, con facturas ideológicamente falsas. De esta forma, aseguraba que sus concesiones no serian revisadas, muy similares a la cuestionada ley de pesca.

Tenemos que ser capaces de unirnos frente a estos oprobios. No hay explicación ni justificación alguna, que parte del país tenga que paralizarse, por culpa directa de aquellos inescrupulosos que no hacen bien la pega.

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