Un Milei anarco-capitalista vs. un Massa diverso y pragmático, el dilema argentino

José Orellana

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Massa 36,69%, Milei 29,99% y Bullrich 23,84%, entre otros⁽¹⁾, fueron desafiantes porcentajes por varios motivos: a.- el primer lugar de Milei en las PASO en casi todo el territorio argentino no hacía presagiar su segundo lugar con una distancia de casi 7% respecto de Massa en esta primera vuelta para elegir presidente; b.- Massa, actual ministro de Economía, abanderado del oficialismo, acreedor de un deficitario manejo de las finanzas públicas, siendo la inflación uno de sus rasgos más importantes (el dinero vale poco), que en las PASO terminó en situación bien desmejorada respecto de las derechas argentinas, tuvo una aparente remontada sorpresa (lo es, independiente de cómo se haga el análisis); c.- la orientación de algunos estudios de opinión hacía presagiar, inclusive, un triunfo en primera vuelta de Javier Milei; y así, otras consideraciones.

¿Cómo entender este escenario y cómo se puede prospectar lo que viene para diciembre en la segunda vuelta? Ambos ejercicios son un desafío.

Entre las posibilidades de entendimiento del actual escenario se podría especular, en grueso, que la/os argentina/os en un acto de elección racional resolvieron que ante la propuesta del anarco-capitalista Javier Milei, de jibarizar el Estado, podría pasar lo mismo con los derechos sociales, políticos y económicos logrados hasta el momento. Está demostrado por las ciencias sociales que la materialidad vulnerada en la persona y organizaciones logradas por ésta, logran resistencia ante tales cambios propuestos.

También se podría indicar que la base político-territorial argentina reaccionó en toda su posibilidad en esta primera vuelta, demostrando de paso, que sí importa el anclaje territorial, esto es el sistema político en su oportunidad de representación política-espacial (elección de diputados y senadores), más, el gobierno interior administrativo en su definición federalista... ¿cabe alguna duda que representantes populares y funcionarios estatales-territoriales no se movilizaron por defender las conquistas en derechos tenidos a la vista?

Más bien habría que definir vía investigaciones en qué intensidad lo hicieron⁽²⁾. Con esto, en una primera lectura, ¿sería plausible relativizar la importancia de los soportes que permitieron las redes sociales que visibilizaron a Millei y, así también, las estrategias de marketing político, las que iban desde ese discurso de la motosierra hasta recuperar esa Argentina rica para la/os argentina/os, pasando por la superación de la "CASTA", explicador algorítmico del éxito de Milei? Más que relativizar, es prudente indicar que una estrategia de marketing y redes sociales tuvo límites vs. otra, que se ideó sobre otros supuestos y realidades.

Massa, por su parte, contenido en el peronismo kirchnerista, proyectándose más allá (dada la distancia temporal y geográfica, no se recuerda que Massa disputó la presidencia contra Scioli, abanderado kirchnerista, apoyando finalmente a Macri en la segunda vuelta del año 2015)⁽³⁾, junto a su despliegue territorial en la institucionalidad interior, hizo lo que tenía que hacer: ocupar el aparato estatal, que ya es un recurso -más otro- como fueron los millones de pesos argentinos destinados al bono platita. Pero, tan importante como lo anterior, es que Massa terminó siendo un actor transversal del peronismo-justicialismo, proyectándose desde las expresiones más conservadoras (parte de su origen político) a las más progresistas, representadas en este tiempo por el Kirchnerismo, a lo que se debe agregar su NO pudor en apoyar a Macri el año 2015 en la segunda vuelta contra Scioli. Se agrega otro antecedente referido a su trayectoria política, que además de transitar en el aparato del Estado con la Sra. K y ahora con Alberto Fernández, en cuanto súperministro de Economía, se construye también desde su peregrinar de alcalde de Tigre y diputado en algunas elecciones. Es decir, Massa terminó siendo un actor de la profunda "CASTA", como indicaría Milei, pero que logró transversalidad al interior del peronismo-justicialismo, con algo que es importantísimo en estos días, no sólo en Chile, sino que en cualquier país, por lo menos latinoamericano, como es ejercer en la territorialidad que permite una municipalidad (Tigre)... permitiendo otra sintonía con el público, la orientación política y cómo concebir el hacer concreto.

Por otra parte Milei, dado que no ganó en primera vuelta, quedó prisionero de su propio fondo argumental contra la "CASTA". Mientras, Massa recorre la CASTA con tranquilidad, en el entendido que logró la transversalidad política, entendiéndosele además coherente; Milei luce y lucirá incoherente pudiéndose desfondar argumentalmente ante un electorado que lo siguió por la renuncia a ese mismo grupo, dejándolo a la intemperie de la campaña gestionada desde el oficialismo que representa Massa. Ya obtuvo el apoyo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

Así entonces, Argentina en su proceso político de coyuntura, muy probablemente vote a la "CASTA" denunciada por Milei; mientras Massa, tras larga trayectoria, hasta contradictoria en oportunidades, parecería que rearticuló el telón de fondo histórico de la política argentina como es el peronismo-justicialismo (clivaje político clásico), con un modelo de Estado emplazado sobre el territorio que se revitalizó a costa de Milei (efecto motosierra, ataque al papa Francisco, miedos diversos, entre otros), provocando una condición adversa, pareciera ser, a la otra expresión de la elite, representada por las derechas tradicionales, la cual difícilmente pueda asegurar todos los votos que quisiera traspasar a Milei, migrando hacia la candidatura justicialista-peronista (concretada ya desde las PASO a la primera vuelta).

De hecho, ya existirían algunos anuncios, cuestiones que indefectiblemente debiesen estar cruzadas por los resultados en el Congreso, donde las derechas en general (en crisis por estos días) debiesen preguntarse, ¿se gana más con un Milei anarco-capitalista o con un Massa diverso y pragmático?

^{(1) Elecciones generales Argentina
(2) Argentina, territorio y su institucionalidad electoral
(3) Elecciones argentinas: Macri y Scioli en un laberinto}