Fraude al fisco, malversación y sobresueldos: La extraviada probidad en municipios de derecha
Desde que inició el gobierno del Presidente Gabriel Boric, hace ya casi un año, hemos asistido como ciudadanía y opinión pública al levantamiento de banderas, consignas, puntos políticos y discursos de parte de los partidos de la derecha chilena sobre su presunta mayor eficacia y preocupación por la seguridad pública, la probidad y transparencia en el actuar político en todos sus niveles.
No obstante, durante los últimos años sumando los inicios del 2023, hemos asistido al destape de graves casos de corrupción y verdaderos mecanismos para defraudar al Fisco, mayoritariamente a nivel municipal, por parte de autoridades locales de partidos de derecha. Cabe tener en cuenta, eso sí, que muchos de estos casos solo saltaron a la palestra pública debido a investigaciones periodísticas, a indagaciones realizadas por los mismos municipios con nuevos ediles, y también por declaraciones de exfuncionarios de confianza.
Uno de los más escandalosos es el llamado "Vitagate", caso del ex alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba (RN), a quien se le acusa de desviar fondos públicos a su bolsillo desde las corporaciones municipales, y contra quien, además de su círculo de hierro, la actual alcaldesa y el Consejo de Defensa del Estado se querellaron por fraude al fisco y asociación ilícita. "Más allá de la comisión de delitos concretos, aquí operó una organización con mando, jerarquía y con permanencia en el tiempo", apuntó el abogado del municipio.
Pero eso no es todo. Estas triangulaciones de fondos estatales a través de subvenciones municipales de Vitacura a las corporaciones Vita, fueron reconocidas por uno de los hombres de confianza de Torrealba, como un mecanismo ideado por el exintendente y exedil de Lo Barnechea, Felipe Guevara (RN), mientras era director de Desarrollo Comunitario en Vitacura a fines de los 90. Peor aún, Guevara también habría recibido pagos ya siendo alcalde de Lo Barnechea.
A lo último se vincula otra arista con Guevara como protagonista. Pues tras la denuncia realizada en enero por el Gobernador RM, Claudio Orrego, sobre millonarios contratos con sobreprecios hacia tres programas con dineros del FNDR durante la gestión del exintendente en 2021, la Contraloría derivó los antecedentes al CDE y la Fiscalía. Además, se verificó la existencia de transferencias efectuadas a distintas entidades con rendiciones pendientes de proyectos de años anteriores.
Ya lo advertía el 2021 un reportaje de América Transparente, el cual reveló que más de $14 mil millones se habían transferido en los últimos tres años desde los municipios de Las Condes (Joaquín Lavín UDI) y Lo Barnechea a entidades privadas de seguridad que no son fiscalizadas, un mecanismo que conlleva riesgos de sobreprecios y sobresueldos. Otra "caja negra" en estas administraciones comunales de derecha.
No nos da el espacio para detallar los casos de corrupción donde se investiga a los ex ediles de Ñuñoa, Pedro Sabat (RN); Viña del Mar, Virginia Reginato (UDI), y Maipú, Kathy Barriga (Ind-UDI). Por lo mismo, no es casualidad que en el listado de los partidos más corruptos de Chile, según ranking elaborado por El Mostrador, la UDI y RN lo lideren, seguido del extinto PRI, y más atrás por la DC, PS y PPD. Cabe señalar que el listado solo se basa en ilícitos que hayan recibido condena en los últimos cinco años. Asimismo, tampoco es trivial que entre los partidos que más sufrieron desafiliaciones de militantes durante 2022, también las renuncias sean lideradas por la UDI y RN.
Si bien sabemos que los casos de corrupción no son antecedentes de un solo sector político, en los últimos años las investigaciones, procesamientos y condenas contra autoridades comunales de derecha y sus 'círculos de hierro' han sido prominentes, numerosas y bulladas. Es más, han revelado sofisticadas e intrincadas formas de defraudación de recursos fiscales que deberían dirigirse para mejorar la vida de las y los vecinos por parte de su autoridad territorial más cercana: los municipios. A fin de cuentas, este no es un ámbito donde las derechas puedan dar enseñanzas ni jactarse de superioridad moral ni menos probidad.
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