La procesión va por dentro

El cambio de gabinete era un clamor popular y político. La ciudadanía se vació a las calles en todo el país para reclamar por las políticas gubernamentales, esencialmente en materia educacional y energética.

En educación se ha buscado dilatar el conflicto y dividir a los actores sociales repartiendo algunas prebendas a los rectores y dejando fuera de las deliberaciones a los actores que se consideran “víctimas de un sistema tremendamente injusto”.

En cuanto a la matriz energética, se formó una comisión de expertos, pero no hay definición hasta ahora y la visibilidad de HidroAysén acaparó las críticas desde la masa.

Que los políticos de la Concertación pidieran la cabeza de ministros, no es novedad. Es su rol de oposición reclamar respuestas del ejecutivo. Lo original de esta idea, es que los partidos de la coalición gubernamental, quisieran faenar al ministro del interior, como pedía la UDI, o al ministro Lavín como lo insinuaba RN.

La situación más aguda está planteada por los estudiantes que exigen respuestas y no se ven dispuestos a claudicar. Para claridad del lector siguen planteando:

Eliminación del crédito con aval del estado, aporte basal del 50% para las universidades estatales, eliminación de tres artículos que impiden o limitan la participación de estudiantes y trabajadores de universidades privadas, institutos profesionales y centros de formación técnica, garantía de calidad en la formación técnico-profesional, término del lucro encubierto y desmunicipalización de la educación básica y media. Tarea para el ministro Felipe Bulnes.

Y un aspecto que forma parte de la cotidianeidad, desgraciadamente: la delincuencia.

La última encuesta de Cooperativa, debería inquietar al gobierno y en particular al ministro del interior. El hecho que el 54% de los consultados opine que NO SE PUEDE ganar la batalla contra la delincuencia, muestra un alto grado de desesperanza y más aún, el hecho que la ciudadanía considere que los delincuentes actúan con más violencia (73%), es motivo de preocupación para cualquier hijo de vecino.

Si el Presidente Piñera argumenta que: “Tal vez nunca vamos a ganar la batalla contra la delincuencia”, quiere decir que el problema es tremendamente grave y ya no se trata de un asunto meramente policial.

Esta temática social, corre por un carril distinto, a la entretención de las apuestas, donde los nombres de los que salían y entraban a la Moneda, se transformó, en una lotería.

Y ahora ¿quiénes serán los 2 senadores designados? La decisión de premiar es de la UDI.

Los demás conjeturan.

En todo caso, la procesión va por dentro y ahora será la oportunidad de saber si hay nueva estrategia para gobernar.

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