Nadie sobra

Sebastián Naveillán Mebus

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En La Araucanía nadie sobra, ni las empresas forestales, ni las comunidades mapuche, tampoco las industrias y menos la gente que vive en la región, como tampoco sobra el sector agrícola que produce el 42% del trigo consumido en Chile. Por lo mismo, llegó el momento de conversar con seriedad y visión de futuro sobre cómo queremos construir nuestra región, una región que por muchos años ha estado en el centro de una tormenta creada por el Estado y el mundo político, en la cual nadie ha querido poner el desarrollo, progreso y futuro en el centro de la discusión, más bien año a año hemos tenido un botín de pago, que genera expectativas la cual no se pueden cumplir y viene consigo la frustración, que tan mal nos ha hecho.

Después de haber escuchado por más de un año en audiencias públicas a comunidades, gremios, empresas y víctimas del terrorismo (aunque aún tenemos autoridades que les cuesta reconocer) donde todos pedían desarrollo, institucionalidad, justicia y reconocimiento, reparación a las víctimas y tierras, cuesta entender cómo nuevamente hemos puesto en el centro la discusión la tierra, cometiendo el mismo error, con una mala ley indígena.

Hoy estamos llamados a crear nuevas alternativas, y no cometer los mismos errores, pero por sobre todas las cosas estamos llamados avanzar en cada tema que nos pidió la ciudadanía que vive en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, y lo más importante, entregando la libertad a cada mapuche.

La tierra es un recurso finito, que hoy vivimos personas que con esfuerzo trabajamos la tierra y producimos el alimento de cada chileno, estas mismas personas que muchas veces tratan de intransigentes y colonos, somos los que hoy en día hemos estado escuchando y buscando una solución definitiva que nos permita volver a vivir en paz, donde todos empujemos esta tremenda región, pero para poder llegar a esa paz tan esperada.

Necesitamos con urgencia dejar las ideologías de lado, la violencia y por sobre todas las cosas, necesitamos entender que la tierra no debe ni tiene que ser el centro de la comisión, si no buscar las alternativas que promuevan el desarrollo y la tan esperada paz. Somos orgullos agricultores de La Araucanía, y lo seguiremos siendo.