¿Qué hemos aprendido para el futuro, a 50 años del golpe?

Sergio Bitar

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Tengo la esperanza de que compartamos estos 10 principios:

1. La democracia y los derechos humanos deben ser respetados y cuidados como principios sagrados. En Chile existe consenso mayoritario en favor de una democracia sólida, sostenida en un sistema judicial fuerte y autónomo, y una educación con sentido cívico, público y de calidad
2. Los acuerdos políticos son esenciales para sostener una democracia y eso supone promover diálogos, entendimientos, eliminar lenguaje de agresividad y odio, cultivar la confianza. La participación ciudadana es esencial para reducir conflictos y disputas, y cultivar la convergencia y la convivencia
3. La formación de mayorías políticas electorales y de coincidencias programáticas son indispensables para conseguir gobernabilidad, evitar la fragmentación de partidos en el Parlamento y lograr gobiernos eficaces, con resultados para la ciudadanía. Es prioridad mejorar la capacidad de los partidos políticos y atraer a las y los mejores a la vida pública, prepararlos, y alentar una reflexión pública amplia en todo el país
4. La construcción progresiva de un Estado social y democrático de derecho contribuye a fortalecer la democracia, la inclusión y la seguridad de las personas y las familias. Ella supone una acción más innovadora, eficiente y activa del Estado para elevar la calidad de vida de la población más necesitada, en coordinación y colaboración con el sector privado. Debemos reducir la desigualdad y la pobreza, y asegurar la provisión de bienes públicos de calidad para todos los habitantes en salud, educación, pensiones, vivienda, digital y ambiental. El Estado debe ser dotado de capacidades mayores para convocar a todos y compartir una estrategia que despierte solidaridad y espíritu cívico
5. Crecimiento con equidad y sustentable, se debe crear mayor capacidad nacional, empleos decentes, tecnologías avanzadas, promoción de emprendimiento e inversiones. El crecimiento es esencial para generar los recursos que redunden en equidad, y acrecentar la capacidad productiva nacional
6. Un manejo económico responsable, equilibrio financiero, interno y externo, una economía estable y confiable, exenta de inflación, que sirva de sustento a una apertura de oportunidades y protección a los más débiles
7. La seguridad personal y la seguridad social son imprescindibles para vivir en paz y convivir. El orden público es un factor esencial para el funcionamiento de la democracia, el respeto de los derechos y la gobernabilidad del cambio social. La violencia, en todas sus formas, debe ser enfrentada con un Estado de derecho sólido, una policía preparada para encarar el crimen internacional, y políticas sociales que reduzcan la desigualdad, el abandono de comunidades y la discriminación
8. La descentralización del poder y la participación directa de la ciudadanía afianzan la democracia a nivel local, municipios y regiones, y complementan la democracia representativa. El ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales y ambientales puede ser fortalecidos con la tecnología digital, que debe estar accesible para todos
9. Una política internacional multilateral, latinoamericana, de colaboración y dialogo que contribuya a superar los desafíos de la humanidad, inteligencia artificial, cambio climático y desigualdad, y que coadyuve a la gobernanza global y la paz
10. Un proyecto estratégico de largo plazo, con metas compartidas e instituciones que convoquen a todos, es una condición para acercarnos, colaborar y progresar a futuro