Segunda vuelta: ciencia, tecnología, innovación

Andrés Arce Maillard

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De cara al balotaje del próximo 17 de diciembre, aunque ambos candidatos reconocen el valor estratégico de la Ciencia y Tecnología (CyT) además de la importancia de nuestros recursos naturales en el desarrollo del país, parece faltar en sus programas la integración entre ambos ejes.

Chile es por excelencia un país minero, pero no hemos sido capaces de generar una propuesta de valor agregado que nos posicione en el mapa del desarrollo.

En este escenario, una nueva industria ostenta instalarse como el nuevo futuro del país, el Litio.

Teniendo las mayores reservas en el mundo, aproximadamente el 58% de la producción total, este mineral ha despertado un enorme interés principalmente debido a su uso en la fabricación de baterías, fundamentales en el desarrollo de las energías renovables y claves para los avances tecnológicos.

Es por ello, que si queremos consolidarnos como país y tomar un lugar relevante, la CyT juega un rol protagónico en este sentido.

Si nos detenemos en el programa del ex presidente Sebastián Piñera, este se centra en fortalecer las bases para el futuro del país. Desde la institucionalidad, implementar un Ministerio que se haga cargo de los temas referentes a Ciencia, Tecnología, Innovación y Educación, el cual se enfocaría en aprovechar las condiciones de Chile como plataforma de “laboratorio natural”, creando programas que permitan convertir a las regiones nortinas así como australes en centros de investigación astronómica y antártica de clase mundial.

Junto con ello, fomentar la integración de talentos científicos al aparato público además de la creación de un programa para combatir el analfabetismo digital y que incentive la importancia de la investigación científica en los jóvenes.

Con respecto a la inversión, propone un enfoque en la resolución de problemas de interés nacional, eliminando la selectividad sectorial y consolidar la colaboración Universidad/Empresa a través de centros de excelencia.

Desde la vereda opuesta, el senador Alejandro Guillier, propone un fortalecimiento del ecosistema. Con la creación de un ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, integrar todos los esfuerzos de colaboración y avances tecnológicos, bajo la estrategia que defina el organismo, alineado con las prioridades del país.

De cara al mundo privado, la consolidación de consorcios empresariales de I+D a través de un impuesto del 0,1% de las ventas a las empresas con ingresos mayores a 100 mil UF, centros que busquen colaborar con gremios integrados fundamentalmente por Pymes.

Por otro lado, incentivar el rol del Estado como cliente de nuevas tecnologías junto con la atracción de científicos y estudiantes desde el extranjero, a través de un programa de integración al gobierno, universidades y privados.

Dado lo anterior, es fundamental fortalecer dichas propuestas con la generación de una investigación aplicada intensiva y la habilitación de capacidades de transferencia tecnológica, enfocadas en los recursos naturales.

En este sentido, esto exige un fuerte cambio en nuestra estructura productiva, una orientación hacia actividades de alto valor agregado y asimismo, un alejamiento paulatino de la simple explotación a la que estamos acostumbrados.

Así, esto nos permitiría no solo aumentar nuestra capacidad productiva sino también incentivar la economía a través del impulso en la creación de nuevos productos, métodos innovadores además del desarrollo de una industria de servicios especializados.

Este es el camino que han seguido mucho de los países desarrollados y en este escenario, la CyT es un actor fundamental que nos permitiría producir litio con valor agregado, siempre y cuando las políticas públicas estén alineadas con este objetivo estratégico, el cual parece ser una de nuestras mejores alternativas para el desarrollo futuro del país.