Francisco, el líder espiritual y religioso, más importante del mundo occidental, está ad portas de llegar a Chile. Será un acontecimiento único, cuya relevancia nacional e internacional, marcará un antes y un después, en el país. Con una enorme influencia en toda Latinoamérica, de lo que diga y haga.
Nadie quedará indiferente, católicos o no, durante cuatro días viviremos la locura por ver al jefe del Estado del Vaticano, multitudes se congregarán a su paso. Santiago, la Araucanía e Iquique, serán las regiones privilegiadas. Muy bien por ellos, especialmente por la causa de nuestros hermanos mapuche.
Lo protocolar. Michelle Bachelet presidenta de Chile, en las postrimerías de su mandato, junto al presidente electo, Sebastián Piñera le darán el merecido recibimiento en nombre de una nación orgullosa, de su gente y de su democracia.
Atentos. No todo será de dulce, habrá mucho de agraz; más de alguna sorpresa nos espera, estoy convencido que será para bien.
Eduardo Silva, sj. nos señala que Francisco ha roto con muchos de los estereotipos. “Ya no es la figura del Papa infalible”. Explica que la Iglesia Católica es distinta a la que recibió a Juan Pablo II en 1987. La presencia de éste fue durante la peor época de la dictadura militar que vivimos, eran otros tiempos, donde la Iglesia se la jugaba por la persona, en la defensa de sus derechos humanos y civiles. Poseía una sólida autoridad moral indiscutible.
Hoy la Iglesia está desacreditada, alicaída, a la defensiva. Profundamente cuestionada por las bases comunitarias religiosas donde se sienten y sufren, los actos de corrupción que marcan su desprestigio; por ello, el tránsito Papal, no será nada de fácil, al contrario habrán muchas preguntas que no encontrarán inmediata respuesta, dejando un manto increíble de dudas, durante su visita.
Existe el propósito de organizaciones serias como TAP, (The Accountability Proyect.) que pretenden frente a la residencia del Nuncio, donde se alojará el Papa, desenmascarar a los Errázuriz, Ezzati, Barros, Valenzuela, Arteaga, como cómplices o encubridores de abusos sexuales de Karadima, y el cura jefe de los Legionarios de Cristo, John O” Reill, quien pese haber sido condenado, y haberle quitado la nacionalidad por gracia, se pasea, como Pedro por su casa.
No son las únicas Instituciones cuestionadas. La congregación de los Hermanos Maristas, está seriamente investigada por las reiteradas denuncias de abusos sexuales en contra de niños que estudian, en los colegios a su cargo. Un abuso sobre otro abuso, que nos cuestiona día a día.
Para qué seguir si la lista es demasiado larga y evidente, pero la superioridad eclesiástica chilena, como también la del resto del mundo se hace la desentendida, creando un atmósfera de rechazo a los obispos y sacerdotes, que pagan justos por pecadores.
El reciente fallecido cardenal Bernard Law de Boston , trasladado al Vaticano, protegió a un sacerdote que violó a 130 niños, entre otros pedófilos, en 1984-2002. Tal fue el escándalo, que los padres de las víctimas llegaron a la Santa Sede, sin ser escuchados, menos recibidos.
El hecho causó conmoción mundial, la película Spotlight, recibió el Oscar de la Academia, por su relato descarnado, denunciando lo que otros no se atrevían, ocultando la verdad a la opinión pública.
El cardenal de Australia, George Pell, fue trasladado como hombre de confianza al Vaticano, para hacerse cargo de las finanzas del Banco Ambrosiano, ahora se le acusa, en Sidney, como cómplice y encubridor de sacerdotes pedófilos, incluyéndolo, la justicia anda tras sus pasos.
El discutido Obispo de Osorno, Juan Barros, fue un alátere de Karadima, su nombramiento causa molestia y mucho dolor en la grey sureña. Imprudente las frases dichas por el Papa, al referirse a los católicos que se oponen, al mal aconsejado nombramiento. No son comunistas los que reclaman un poco de decencia y mayor prolijidad, a quien se confía el mando de una diócesis.
El Presidente de la Fundación para la Confianza, José Murillo, filósofo; Juan Carlos Cruz, periodista; James Hamilton, médico, arribarán el 12 de enero al país, para organizar un Seminario Internacional, que se llevará a cabo en Santiago, los mismos días de la presencia del Sumo Pontífice. Habrá importantes testimonio de víctimas de los pedófilos al interior de la Iglesia,“la verdad aunque duela hay que denunciarla”, lo otro es vivir en falso.
La grave crisis de la Iglesia es preocupante, las señales son claras la detecta cualquiera. Caída estrepitosa de la opción sacerdotal en los jóvenes, falta de credibilidad en obispos y sacerdotes, extinción progresiva de la vida religiosa femenina y aversión general a lo eclesiástico. Nos lo dice Jorge Costadoat sj, quizás por eso lo expulsaron de sus clase en la Pontificia Universidad Católica.
Solo el 53 % de los chilenos se declara católico. El clero se va quedando atrás. A las prédicas les sobra teología y les falta experiencia, humanismo, calle, dice “Evangelli Gandium”.
El mismo Francisco, con la encíclica “Laudato si” ha abierto al cristianismo, las puertas para recuperar la pertenencia histórica perdida.Uno que oiga el grito de los pobres y el grito de la tierra.
Agrego, que también oigan el grito de las víctimas de obispos y sacerdotes pedófilos, que manchan la Iglesia, para siempre.
Cuidado con Jorge Edwards, que “no lo declare persona non grata”, sería su obra póstuma.
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