Actualmente, nuestra principal preocupación está siendo extremar las medidas de seguridad y auto cuidado para evitar un contagio con el SARS CoV2, responsable del Covid-19. Sin embargo, durante este periodo, nos veremos igualmente enfrentados a otros agentes que afectarán nuestra salud, generando un importante consumo de fármacos, como los antigripales. Sin embargo, debemos tener especial cuidado con el uso indiscriminado de éstos para tratar una gripe o resfrío, ya que podrían traer graves consecuencias.
Los antigripales, de venta directa en farmacias, combinan varios principios activos.
No obstante, muchos pacientes creen que su uso prolongado o incluir medicamentos con los mismos activos - otros antigripales, analgésicos o jarabes para la tos -, generarían mayor efectividad en el combate de los síntomas. No se podría estar más equivocado y más cerca de desencadenar un desastre para nuestra salud, exponiéndonos a una intoxicación, en el mejor de los casos.
Asimismo, los descongestionantes, presentes en muchos antigripales y que buscan aliviar la congestión nasal estrechando los vasos sanguíneos, reduciendo la inflamación en los tejidos de la nariz, pueden ser más nocivos si se abusa de ellos. De acuerdo a la Clínica Mayo, incrementarían el riesgo de problemas cardiacos, alzas de presión e, incluso, producir muerte súbita.
De la misma forma, existen personas que combinan antigripales con antiinflamatorios. Estos fármacos, si se consumen de forma indiscriminada, podrían generar edemas, además de descompensar insuficiencias cardiacas y agravar crisis hipertensivas, según la misma Clínica Mayo.
Debemos poner énfasis en este punto, considerando que el Instituto de Salud Pública (ISP) ha advertido que los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), como el ibuprofeno, el diclofenaco o el ácido mefenámico son de los principios activos más comprados en nuestro país.
Por último, es necesario contar con la información precisa de qué síntomas podría aliviar un fármaco que queramos consumir y la posología indicada.
Por ejemplo, algunos jarabes para la tos, como los antitusígenos, son efectivos cuando el paciente presenta una tos seca, ya que con tos húmeda pueden generar mayor producción de secreciones.
El paracetamol siempre será un buen aliado para manejar la temperatura, el propóleo y la miel aliviarían los dolores de garganta, mientras que aerosoles o gotas nasales ayudarán con la congestión nasal.
Por esto, debemos considerar varios factores como las dosis apropiadas, enfermedades basales, edad y características del paciente y la polifarmacia, entre otros. La orientación de especialistas es fundamental para evitar complicaciones o reacciones graves en nuestro organismo.
Enfrentando una crisis sanitaria como la actual, más que nunca debemos cuidarnos y evitar llegar a centros asistenciales, congestionando más aún nuestro sistema.
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