Gestión de la inclusión laboral: Un camino de constantes desafíos

Matías Poblete

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La inclusión laboral es más que un objetivo a alcanzar, es un viaje continuo lleno de desafíos que requiere un compromiso constante con la mejora. El éxito en este camino no radica en los diagnósticos de las personas con discapacidad que se contratan, sino en la gestión del talento y en la implementación de medidas concretas.

Cuando la inclusión laboral depende únicamente del entusiasmo de unos pocos dentro de la empresa, corremos el riesgo de que esta no se concrete. Es fundamental que sea un compromiso corporativo, arraigado en la cultura organizacional y respaldado por acciones concretas. El primer paso hacia una inclusión laboral efectiva es tomar conciencia de que la diversidad es la norma y no la excepción. Debemos reconocer y desafiar los sesgos inconscientes que pueden influir en nuestras percepciones sobre la discapacidad y es necesario desaprender la idea de que la discapacidad equivale a incapacidad.

Dentro de las medidas de acción positivas, está la accesibilidad universal que es fundamental para garantizar la participación plena de todas las personas en el entorno laboral. Además, es importante atender las necesidades de apoyo individualizadas e implementar ajustes razonables para garantizar un desempeño adecuado.

Por otra parte, está la implicación corporativa, ya que la inclusión laboral debe ser abordada de manera integral por toda la organización. Esto implica establecer un diagnóstico de necesidades y desarrollar un plan de acción que involucre a todos los estamentos de la empresa.

Es crucial dialogar con las y los líderes y la alta dirección para establecer un compromiso firme con la inclusión. Además, es necesario proporcionar capacitación técnica a todos los empleados para que estén preparados para abordar los desafíos que surgen en el proceso de inclusión.

Por todo lo dicho, la gestión de la inclusión laboral requiere un enfoque holístico que vaya más allá del mero cumplimiento de cuotas o políticas. Solo mediante un compromiso genuino y acciones concretas podemos crear entornos laborales verdaderamente inclusivos donde todas las personas tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente.