Cuando los derechos humanos no son para todos

Matías Poblete

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Es lamentable evidenciar que los derechos humanos tienden a tener color político y se defienden en algunos casos, pero en otros se pasan por alto. Hace un tiempo escribí y dije que el Instituto de Derechos Humanos poco o nada hacía por los derechos de las personas en situación de discapacidad y que, para quien asumía su dirección en aquel tiempo, no eran una prioridad.

Con el nombramiento del señor Alejandro Navarro en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, probablemente, la historia en este ámbito no cambiará. Manifiesto lo anterior teniendo en conocimiento que la discapacidad no es un asunto de interés para el senador y que, como es conocido por la opinión pública, existen más que matices que inclinan la balanza hacia la defensa de los derechos humanos para algunas personas en particular.

Públicas han sido las innumerables defensas que el senador ha hecho de la dictadura que se vive en Venezuela y en otros países, donde sus ciudadanos huyen y claman por justicia, lo cual es ignorado por el parlamentario cuando realiza comentarios que buscan invisibilizar la problemática, entre ellos, su afirmación respecto de que "no es dictadura, es una crisis política".

En este sentido, es relevante que el concepto de derechos humanos se aborde más allá de los ideales políticos, que en definitiva su aplicación permita que los grupos vulnerados de nuestra población puedan reivindicar sus garantías individuales y que, en el caso de las personas con limitaciones físicas, psíquicas, mentales o sensoriales puedan hallar representación en alguno de los órganos del Estado encargados de dar cumplimiento a sus demandas legítimas, de manera de mejorar su calidad de vida.

Es de esperar que en un futuro, no tan lejano, los derechos humanos sean realmente para todas las personas y quienes se encarguen de representar instituciones dedicadas a su defensa estén a la altura de los requerimientos de toda la población.

Cuando los derechos humanos no son para todos se esconden las realidades y se invisibilizan los sectores más vulnerables de la sociedad, y la democracia y el sistema político se pone en riesgo.