El 7 de octubre de 2023, el movimiento islamista Hamas lanzó un ataque sin precedentes en contra de Israel, el que consistió en el lanzamiento de miles de cohetes sobre varias ciudades israelíes, la muerte de civiles y la toma de unos 200 rehenes, en su gran mayoría no uniformados. Como reacción, las fuerzas de Israel han lanzado ataques en contra de la Franja de Gaza, al tiempo que han cortado el suministro de agua, comida y combustible a una población cercana a los dos millones y medio de habitantes.
Este es un conflicto que no tiene precedentes, puesto que los anteriores enfrentamientos entre Israel y Hamas, ocurridos en 2008-09, 2014, 2018 y 2021, fueron a una escala mucho menor, considerando el número de muertes y la escalada que ha tomado éste. Un hecho trágico es el bombardeo del Hospital Al-Ahli Arab en Gaza el 17 de octubre, el que causó al menos 500 muertos. Israel y Hamas niegan la responsabilidad por este hecho, que muestran que en este enfrentamiento no se respetan las reglas del derecho internacional humanitario.
La guerra entre Israel y Hamas afecta a todo el mundo, incluida América Latina. La crueldad desatada por el movimiento Hamas en contra de población civil y la fuerte represalia de Israel en la Franja de Gaza creando una catástrofe humanitaria han tenido impactos en el resto del Medio Oriente, en Europa, en Norteamérica y en América Latina. Se han sumado las manifestaciones a favor de Israel y de Palestina en distintas partes del globo, al tiempo que aumentan incidentes islamofóbicos y especialmente antisemitas en algunas capitales europeas.
La operación llevada a cabo por Hamas, organización considerada terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Israel y Egipto, entre otros países, ha sido fuertemente condenada por los países occidentales. Irán, por su parte, la ha saludado, existiendo algunos indicios de que la habría apoyado, tanto financiera como logísticamente. Hamas ha recibido también el apoyo del movimiento Hezbolá, con presencia en el sur del Líbano, el que ha lanzado ataques en contra del norte de Israel, abriendo un segundo frente en esta guerra.
Por su parte, la reacción de Israel, que ha provocado un masivo desplazamiento de población civil en la Franja de Gaza, especialmente desde el norte al sur del territorio, ha sido fuertemente rechazada por el conjunto del mundo árabe, colocando en peligro los Acuerdos de Abraham, por los cuales cuatro países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán) reconocieron al Estado de Israel desde 2020.
La Unión Europea ha manifestado que Israel tiene derecho a defenderse, pero respetando el derecho internacional. Estados Unidos, en tanto, ha mostrado un firme respaldo a Israel, lo que tiene un hito importante en la visita del presidente Biden a este país y su reunión con el primer ministro Benjamín Netanyahu el 18 de octubre. En momentos en que se produce la cumbre Biden-Netanyahu se prepara otra cumbre de dos actores globales: Putin y Xi Jinping en Pekín; donde afinan posturas comunes en torno al conflicto de Ucrania y al conflicto que se desarrolla en el Medio Oriente. Este encuentro se da en el marco de una conferencia internacional sobre infraestructuras globales.
¿Cuál ha sido la reacción diplomática de los países latinoamericanas? En general, ha existido una condena tanto de las acciones llevadas a cabo por el movimiento Hamas como de la represalia por parte de Israel. Las críticas a Israel han aumentado luego de conocerse el ataque realizado a un hospital en Gaza.
El presidente Lula de Brasil ha condenado los "ataques inaceptables" de Hamas, al tiempo que ha denunciado el "genocidio" promovido por Israel. Una posición similar ha tenido el Presidente Boric de Chile. El presidente Fernández de Argentina, por su parte, junto con rechazar los ataques de Hamas, se ha reunido con los familiares de los argentinos secuestrados, los que se calculan en 16. El gobierno mexicano, junto con condenar el ataque de Hamas, se ha pronunciado por la búsqueda de una solución definitiva al conflicto.
Una posición marcadamente diferente ha sido la que han adoptado tres países pertenecientes al bloque del ALBA, Venezuela, Cuba y Nicaragua, los que no tienen relaciones diplomáticas con Israel. Ninguno de ellos se ha pronunciado en contra del ataque de Hamas. Por el contrario, el presidente Maduro de Venezuela ha defendido de modo explícito la operación llevada a cabo por el movimiento islamista.
Un caso de mención especial es el de Colombia, cuyo presidente Petro se ha negado a condenar al movimiento Hamas, comparando las medidas de Israel en Gaza con los campos de concentración existentes durante el régimen nazi. Esto ha provocado un impasse en las relaciones bilaterales, con la posibilidad de que Bogotá rompa relaciones diplomáticas con Israel.
En suma, el conflicto entre Israel y Palestina provoca visiones diferentes y contrapuestas en diferentes lugares del mundo. Más allá de estas reacciones, solo a través de un proceso político será posible terminar con este legendario conflicto. Para encaminar un proceso institucional es fundamental la fórmula de dos Estados, que es la que tiene más reconocimiento de la comunidad internacional. Para avanzar hacia este proceso, resulta sustancial desarmar y desarticular al movimiento Hamas, salvaguardar el derecho humanitario de los palestinos especialmente en Gaza, terminar con la construcción de asentamientos judíos.
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