Recuerdos

Cuando era niño, solíamos cantar en las misas y procesiones una hermosa canción que partía con una solemne declaración: "A Dios queremos en nuestras leyes, en las escuelas y en el hogar".

Hoy se nos quiere imponer una ley en contra de Dios. Dejar que la vida de un ser inocente quede al arbitrio personal de quien, voluntariamente aceptó una relación sexual, constituye una ley que va en contra de Dios.

La "Ira Divina" es una novela donde se relata la vida de una familia musulmana, en donde un joven es impregnado en una interpretación extremista del Corán por un profesor islamista de su colegio

Parte relevante de la argumentación señala que la democracia, al permitir leyes que van contra la voluntad de Dios, al votar leyes que destruyen su voluntad, resulta ser un ordenamiento jurídico inaceptable por lo que hay que luchar contra los infieles, aún a costa de su propia vida.

Esta manera de interpretar la convivencia es la que permite entender la razón por la que en los países de gran mayoría musulmana, muchas veces sus líderes políticos son a la vez líderes religiosos y que las luchas internas son producto de las corrientes religiosas. No escuchamos decir que en esos países el partido político tal o cual tiene preferencia ciudadana, sino que escuchamos que son chiítas, sunitas, yidhistas, alauitas o que pertenecen a Hezbolá, o al Estado Islámico. Son diferencias religiosas que se basan en la legitimidad de la sucesión de Mahoma y la inspiración e interpretación de su legado.

Ante la inaceptable violación de los derechos humanos durante la dictadura, el cardenal Silva en su lucha incesante por la vida y el amor, invitó a todas las iglesias a formar una organización ecuménica para defender la vida de todo ser humano cualquiera sea su raza o religión. Así, en el Comité Pro Paz estaban todos juntos luchando por la vida, católicos, judíos, protestantes y ortodoxos.

Estoy seguro que si el cardenal Silva estuviese junto a nosotros estaría clamando a hombres y mujeres, para que la aberración del aborto no prospere. Estaría organizando a todas las iglesias que creen en la vida para llevar a cabo acciones que impidan que el salvajismo de la muerte supere a la civilización de la vida y el amor.

Llegó la hora de salir a las calles para cantar jubilosos: "A Dios queremos en nuestras leyes".

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