El aumento progresivo de situaciones de violencia en nuestro país -y en el mundo- exige recurrir a los máximos esfuerzos e innovación en las estrategias de intervención, sin descartar ninguna que ofrezca algún tipo de esperanza. El más de lo mismo no ha dado resultados, se "contiene" a través de demostraciones de fuerza, por un lado, pero se desatan otras reacciones de igual o peor nivel de violencia por otro, como un cuento de nunca acabar.
Existen diversos ejemplos innovadores, esperanzadores, por ejemplo el año 1993, en Washington DC (EE.UU), se llevó a cabo un experimento de dos meses para reducir los delitos violentos en esta capital(1). Para ello se dispuso que un grupo significativo de personas (3.750), practicantes de meditación y en estado expandido de consciencia, se enfocara en aumentar la armonía y reducir la tensión en el distrito. En ese período, se pudo observar la disminución de hasta 23,3% de ocurrencia de delitos violentos. Se trató de un estudio riguroso e interdisciplinario, liderado por el físico doctorado en Harvard John S. Hagelin.
De primera mano, modestamente, puedo compartir que en Chile el año 2010, en un hogar del Sename en Concepción, se realizó una intervención con un grupo de jóvenes entre los 16 y 18 años, que consistió en la práctica semanal de diferentes técnicas meditativas y expresión artística (dibujo y pintura), y que entre sus resultados, tal como lo señalan los mismos jóvenes, los educadores y la directora del centro en el documental que resume esta experiencia(2), se observó una disminución progresiva de las situaciones de conflicto y agresión en el establecimiento.
Otra experiencia, de larga data en Santiago de Chile, por más de 10 años, para cada luna llena, y más recientemente para cada luna nueva, bajo el alero de la Fundación Chile Inteligente(3), en espacios públicos se congregan cientos de personas a realizar una ceremonia con diversas prácticas meditativas colectivas. He participado en varias oportunidades, y recuerdo claramente una de ella, realizada en el bandejón central de la Alameda a la altura de la estación Los Héroes. En esa ocasión se había convocado a una marcha ciudadana que se estaba desbordando, comenzaba a ser reprimida por las fuerzas policiales y se estaba desencadenando un momento violento. Pues bien, al pasar la turba por la Alameda a la altura donde se estaban realizando las prácticas, todo se calmó, no hubo más gritos ni daño a la infraestructura, los que venían corriendo y gritando, pasaron en silencio, caminando, observando lo que allí sucedía. Las fuerzas policiales también respetaron ese momento y lugar. Fue un hecho observado por muchos y considerado como mágico.
También en Chile, el equipo profesional del Instituto Triagrama(4), por más de 25 años, ha venido desarrollando y conduciendo procesos de intervención e investigación, generando conocimiento de gran relevancia, a través de la habilitación de personas, equipos, instituciones, comunidades, entregando herramientas para acceder a un nivel de integración de consciencia que permita incluir los elementos propios de la dimensión del espíritu en la mirada u observación, facilitando la experiencia de paz y trascendencia, y el desarrollo de una comprensión enriquecida, esencializada no polarizante, de los fenómenos sociales, culturales y psico-políticos, que permite desarrollar estrategias y respuestas de otro orden, desde otro paradigma, con muy interesantes resultados, que han catalizado procesos de transformación evolutiva cultural trascendentes. Esto, difundido en cada oportunidad, espacio y lugar que ha sido y va siendo posible abrir. Destaco, por ejemplo, el año 2012, la serie de jornadas realizadas en la sede de Santiago del Senado (misma sede donde actualmente ha trabajado la Convención Constitucional), en el marco de la iniciativa llamada: Consciencia para el Desarrollo Humano en las Políticas Públicas(5).
No se trata de una "volada" ni de charlatanería. Se trata de la aplicación práctica de la física cuántica a las ciencias sociales, de la constatación del impacto que tiene la cualidad de la observación sobre la realidad. Es un hecho que al incluir en la observación la dimensión inmaterial, energética, espiritual de la realidad, se hace posible reconocer la interdependencia determinante de ésta en el mundo de la manifestación material.
La meditación es una práctica que desarrolla la cualidad de la observación, a través de la expansión de la consciencia. Dicho en simple, esta práctica realizada de modo sistemático tiene un impacto claramente observable sobre el comportamiento del practicante, que se irradia y afecta favorablemente a su comunidad de pertenencia. La apuesta es que si se alcanza suficiente "masa crítica" en un mismo momento participando de un estado meditativo, accediendo a una experiencia de paz, en un determinado territorio de la comunidad chilena, sería esperable que se observe un impacto favorable en la disminución de los hechos de violencia y un aumento de la percepción de seguridad.
Quien se interese a hilar más profundo al respecto podrá sorprenderse de la cantidad de información que es posible encontrar, de experiencias e investigaciones realizadas que demuestran que en educación, salud, desarrollo comunitario, hay evidencia más que suficiente del impacto favorable de la experiencia meditativa como factor protector ante la violencia, como factor para promover el bienestar físico, mental y comunitarios, para promover una cultura de paz.
La actual Subsecretaría de Seguridad y Prevención del Delito -futuro ministerio de acuerdo a lo señalado por el Presidente Gabriel Boric en su primera cuenta pública- está siendo exigida a resolver conflictos violentos de larga data y otros fenómenos de intensificación reciente, como el grave aumento de la violencia en comunidades educativas. Parece pertinente y necesario revisar el paradigma desde el cual se desprenden las estrategias de solución. ¿Seguiremos, como Estado, atendiendo el asunto exclusivamente desde la perspectiva lineal y newtoniana; o habrá suficiente arrojo, atrevimiento a la innovación, y claridad en la mirada, como para atreverse a saltar de paradigma e incluir estrategias de naturaleza cuántica?
Es de esperar, que el subsecretario Eduardo Vergara aquilate sus propias experiencias de paz meditativa, y considere abrir la oportunidad para aplicar estrategias que impliquen este salto de paradigma, como opción legítima a explorar, y para la cual existe suficientes profesionales y personas habilitadas en Chile, como para conducir programas piloto a muy bajo costo. Verdaderamente nada se pierde, ningún daño hará, favorecer experiencias de paz como estrategia de seguridad pública.
(1) El Poder de la Intención Colectiva, Washington DC 1993
(2) CONCIENCIA Y EVOLUCION HUMANA, una experiencia posible en la reinserción social
(3) Chileinteligente.cl
(4) TRIAGRAMA
(5) Conciencia para el Desarrollo Humano en las Políticas Públicas (2012)
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