Las culturas de una organización, de un país, generacional, por mencionar algunas siempre han sido reticentes a los cambios. No nos resulta cómoda la incertidumbre de lo que depara el futuro o el arriesgarse por nuevos paradigmas, casi como pensando en la frase: "Más vale diablo conocido, que santo por conocer".
Cuántos de nosotros escuchamos que no podíamos usar calculadora en las materias asociadas a las disciplinas matemáticas o de ciencias. Cómo olvidar a mi profesor de química, Lukas, quien insistía en que usáramos tablas logarítmicas, porque ¿cómo íbamos a resolver ecuaciones de óxido reducción el día que no tuviéramos una calculadora a mano? O el descalabro que se generó cuando pedí que las clases de evaluación de proyectos fuesen en la sala de computadores para que los estudiantes hicieran los flujos en Excel y no a mano. ¡Cuántos estudiantes de ingeniería torpes sufrimos con dibujo técnico y las mil correcciones de imperfecciones marcadas con un circulito rojo antes de Autocad!
Hoy todas estas situaciones nos parecen anecdóticas, pero en su momento no lo fueron, y parecían polémicas justificadas. El usar o no tablas de logaritmos, calculadoras, Excel y otros fueron transformaciones que se resistieron desde la academia y que generaron discusiones que hoy parecen absurdas.
Desde el punto de vista de la formación técnico profesional, que forma para el trabajo, estas polémicas carecen de sentido. Debemos formar estudiantes para que utilicen las herramientas que les permitan desempeñarse en el mundo laboral con éxito, cualquiera que éstas sean.
En noviembre, el Informe sobre Inteligencia Artificial Responsable en empresas que operan en Chile, elaborado por el Centro Ética y Sostenibilidad Empresarial del ESE Business School en conjunto con PwC Chile, mostraba que más del 70% de las empresas han incorporado IA en algún nivel de desarrollo. Por otro lado, la inteligencia artificial proporciona nuevas vías que permiten explorar y buscar conocimiento específico. Es por eso que estratégicamente incorporamos la IAg (Inteligencia Artificial Generativa) en los programas de estudios de todas nuestras carreras, de manera que los titulados estén familiarizados con el uso de esta herramienta en su entorno laboral.
¿Y desde el punto de vista formativo? ¿Como herramienta para lograr mejores aprendizajes? Sabemos que la educación tradicional moviliza poco a las nuevas generaciones. Para que la educación sea más motivadora, debemos utilizar estrategias que permitan una mayor participación, promuevan la autonomía y fomenten la curiosidad. La inteligencia artificial proporciona nuevas vías que permiten explorar y buscar conocimiento específico, y puede potenciar el proceso formativo.
La aparición de internet, en su momento, también fue un desafío para la educación. Los antiguos trabajos de investigación se convirtieron, en un primer momento, en un cortar y pegar sin mucho sentido. Pero hoy es difícil imaginar cómo sería el proceso sin internet. Por cierto, esto demandó cambiar prácticas docentes y ciertas formas de evaluación, pero facilitó el acceso a la información y a recursos educativos, a la colaboración en línea, al aprendizaje independiente, y a la expansión de las fronteras.
Pensemos la IA como una herramienta valiosa tanto para el ejercicio laboral de los titulados, cuanto para el proceso formativo de los estudiantes. Una herramienta que va a complementar, y no sustituir, los elementos humanos de la enseñanza, en la medida que las instituciones de educación superior y sus cuerpos docentes desempeñen un poderoso papel a la hora de orientar y apoyar a los estudiantes, a la hora de desarrollar su potencial, de descubrir sus puntos fuertes a nivel personal, de prestar atención a las particularidades de los contextos en que cada alumno aprende y vive para acompañarlo en el logro de sus objetivos.
Dejemos de satanizar la IA y la tecnología, dejemos de lamentarnos por corregir trabajos hechos con IA, y preguntémonos qué es lo importante de esos trabajos y qué pretendíamos lograr realmente del estudiante. Y sabiendo que además, la IA es una herramienta de amplia utilización en el mercado laboral, a lo mejor no es tan malo que la sepan usar para sus trabajos, porque en un par de años nos vamos a escuchar como Lukas, mi profesor de química, pidiendo a los estudiantes resolver ecuaciones con tablas logarítmicas.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado