El pasado 18 de septiembre Naciones Unidas entregó un informe sobre la situación laboral en que se encuentran las mujeres debido al impacto social que ha tenido la pandemia y las cifras no son nada de alentadoras. En dicho texto el organismo internacional afirmó que los salarios de las mujeres están un 23% por debajo de los sueldos de los hombres, situación que se agudizará por el impacto del Covid-19 en las economías de la región.
Sin embargo, lo que debemos evitar es que la recuperación de la economía se convierta en una excusa para revertir esta injusta situación. Por ello es urgente buscar los mecanismos necesarios para poner fin ahora a la discriminación salarial de las mujeres.
Pero no basta sólo con legislar sobre la materia, tenemos que crear conciencia que la igualdad de remuneraciones es un derecho y no un favor. Todas merecen tener las mismas posibilidades y oportunidades, porque de esa forma podremos construir un país más digno y justo para todos. A esa noble misión estamos convocados.
Porque estoy convencido que este es el camino que debemos seguir, las primeras semanas de septiembre presenté un proyecto de ley que tiene como objetivo que las empresas detallen remuneraciones por género como una forma de potenciar la igualdad salarial.
La iniciativa legal incluye dos normas muy concretas que apuntan a transparentar la realidad en Chile de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la que espero ayude a crear conciencia para que las empresas adopten medidas tendientes a disminuir este verdadero abismo.
El texto señala que las empresas con más de 200 trabajadores hagan público semestralmente un reporte con los sueldos que pagan por cargo, desagregados por género. Una segunda medida propone que las firmas de 50 o más empleados informen una vez al año un “indicador de género”, entendido como la división del salario bruto promedio por hora de mujeres y el mismo para hombres.
Tengo confianza que el sector privado se sumará a este debate porque hay muchos que estiman que se deben dar pasos en esa dirección. De hecho un grupo pequeño de empresas se comprometió el año pasado con un proyecto piloto de ONU Mujeres Chile para dar a conocer las diferencias salariales que hay al interior de las compañías y como buscan revertir aquello. Eso demuestra que hay empresarios que creen necesario hacer un cambio en esta área. Sin duda una buena noticia
Entonces resulta fundamental situar la igualdad de género en el centro del desarrollo del país y ello supone romper con el paradigma económico que ha prevalecido en Chile por décadas, y que ha desaprovechado las capacidades de las mujeres que, teniendo mayores niveles de educación perciben menores salarios.
Chile está preparado para impulsar este cambio, pero no deben ser las trabajadoras las que se tengan que encargar de activar mecanismos de mayor justicia social. Espero y confío en que serán los empresarios los que se motivarán para buscar formas que permitan disminuir la brecha salarial por el mismo trabajo y mismas horas laborales entre hombres y mujeres.
Nuestro deber es pavimentar el camino para que el país les entregue a niñas y jóvenes todas las posibilidades que las ayude a ser reconocidas y valoradas por el trabajo que realizan.
La Igualdad salarial es el pilar central para construir un país más justo y digno para todos. Sin ello no podremos mejorar nuestro futuro.
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