Esto contento con las buenas noticias sobre los avances que están consiguiendo nuestros países vecinos. Esto no solo en materia minera, que es muy importante, sino también en el desarrollo de la infraestructura portuaria y otros sectores claves que permiten ampliar los horizontes y potenciar la factibilidad de sus exportaciones.
El ejemplo más reciente es el puerto peruano Chancay, que tendrá un costo final cercano a los US$5.000 millones. El problema es que esta nueva obra en el vecino país pone en riesgo la competitividad de nuestros terminales, específicamente el de San Antonio, que si bien tiene mayor capacidad, requiere de algunas obras para evitar que los exportadores prefieran otras alternativas como esta.
Las autoridades vecinas han indicado que este megapuerto convertirá al Perú en el primer centro logístico del Pacífico sudamericano, el que, además -y aprovechando la reunión de la APEC en Lima, con la presencia de diversos mandatarios, incluido Xi Jinping de China, uno de los principales compradores de las materias primas de este lado del mundo- le otorgó una relevancia que otras naciones están perdiendo.
La apertura del puerto Chancay en Perú puede presentar varios riesgos y desafíos para la economía de Chile tales como:
Es importante que Chile adopte estrategias adecuadas para mitigar estos riesgos, como mejorar su infraestructura portuaria, ofrecer incentivos competitivos y diversificar sus mercados de exportación. Estoy convencido que el país tiene prioridades que se enfocan en los habitantes y en sus diversas necesidades tales como, salud, vivienda, educación, entre otras y que, además, los recursos se enfocan hacia allá. Pero, en los últimos meses, el precio del cobre ha estado alto, a lo que se suman los recursos del royalty minero, por lo tanto, lo menos que se debe pensar es en acelerar obras portuarias y de infraestructura que permitan mantener o aumentar la competitividad del país.
Es lamentable cómo en los últimos años, en diversas áreas incluido el sector minero, Chile ha puesto el freno y otros países, que históricamente luchaban por alcanzarnos, han pisado el acelerador a fondo; invirtiendo e inyectando recursos, logrando de esa forma subir de puesto en las diversas encuestas que se realizan.
Ahora, sí solo fuera tema de encuestas la situación no sería tan grave. El problema es que el mundo deja de mirarnos por no contar con las condiciones o estándares requeridos, por poner trabas a la inversión y por un resguardo excesivo, como es el caso del litio; por un entramado regulatorio abrumador como son la cantidad de permisos que se deben cumplir para comenzar un proyecto, en fin, la lista es larga.
En el tema de los puertos, la modernización, la inclusión de tecnología, la ampliación de capacidad y las condiciones de seguridad son aspectos fundamentales para no perder el sitial que ocupa hasta ahora. La minería y otros sectores demandan más agilidad y menos burocracia, poner freno a la permisologia, a la corrupción y a la inercia es ahora.
Por ello, para no quedarnos atrás, para no pasar a la historia como un país "que fue" líder en diversas áreas, las actuales autoridades deben pisar el acelerador y encontrar el rumbo perdido. El país ya no soporta la inercia burocrática, pues debemos volver a re encantar a los inversionistas para tener el crecimiento que el país requiere.
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