Por años, el país ha repetido un diagnóstico claro: Chile necesita avanzar hacia una economía más productiva, más innovadora y donde la formación técnica profesional converse con las necesidades de desarrollo productivo del país, con trabajadores y trabajadoras mejor preparados para enfrentar los desafíos de un mercado laboral que cambia velozmente. Sin embargo, pocas veces vemos acuerdos que efectivamente logran conectar virtuosamente al sistema formativo con las necesidades reales de los sectores productivos. La firma del Convenio Marco de Colaboración entre ChileValora y la Asociación de Centros de Formación Técnica Estatales (CFTECh) es, justamente, una de esas valiosas excepciones.
Este acuerdo responde a un marco normativo -como la Ley 20.910, el Plan de Fortalecimiento de los CFT estatales y la mesa regulada por el DS N° 72/2020- que ha ido empujando a que la formación técnico profesional sea una política de Estado y no una suma de esfuerzos aislados.
En Chile, unas 500 mil personas optan anualmente por carreras técnicas. Más de la mitad de ellas (260 mil) deben compatibilizar clases y trabajo remunerado para financiar su formación, según estimaciones basadas en encuestas del INE, Casen y análisis del Mineduc. Por lo mismo resulta evidente que el fortalecimiento de esta área es una necesidad urgente y estratégica. La certificación de competencias laborales que impulsa ChileValora se ha convertido en un complemento estratégico para la educación técnico profesional superior, al reconocer formalmente los conocimientos y habilidades que las personas desarrollan en su trayectoria laboral.
Este sistema permite que estudiantes y trabajadores accedan a una validación objetiva de sus capacidades, facilitando su empleabilidad y articulación con las mallas curriculares de la educación superior técnico profesional. En un país donde más de la mitad de los estudiantes TP son a la vez trabajadores, la certificación se vuelve una herramienta clave para cerrar brechas, reconocer aprendizajes previos y avanzar hacia un sistema más flexible, inclusivo y alineado con las necesidades del mundo laboral.
ChileValora, con su experiencia desarrollando perfiles ocupacionales y certificando competencias laborales a lo largo del país, rompe con los esfuerzos aislados incorporando el nexo y la indispensable conversación entre la formación y los sectores productivos, pero además haciéndolo desde el tripartismo, cuyos frutos son estándares claros y reconocidos por todos los intervinientes de la cadena.
Los CFT estatales, por su parte, son una red pública con gran presencia territorial en formación técnica, muchos de ellos ubicados incluso en zonas geográficas donde no hay otra oferta de formación, transformándose en oportunidades efectivas de desarrollo para esas comunidades. Este convenio además permitirá que estos CFT incorporen en sus procesos formativos los estándares de ChileValora, que desarrollen rutas formativo-laborales coherentes y que se posicionen como actores claves en el desarrollo regional. En otras palabras, ChileValora hace efectivo su aporte a que la educación técnico profesional sintonice con la vocación productiva de cada territorio.
La colaboración entre ChileValora y CFTECh es un paso concreto hacia un sistema de formación técnico profesional más articulado, más pertinente y más inclusivo. Y, sobre todo, es una señal clara de que el país avanza cuando sus instituciones dialogan, colaboran y se comprometen con el desarrollo de quienes sostienen día a día su economía: las trabajadoras y los trabajadores de Chile.
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