La mega inundación que hemos visto en agosto replica, y hasta incrementa, el desastre de junio pasado en la zona centro-sur del país. Las intensas lluvias con isotermas altas en una zona extensa del territorio, activadas por un fenómeno climático propio del calentamiento global, están causando estragos importantes. Así, son cada vez más recurrentes los desastres naturales en Chile y no en vano estamos en el "top ten" del planeta en materia de riesgo de desastres.
Estas inundaciones han sido de una intensidad igual o superior a las anteriores, y se han extendido más días. Como hemos podido detectar gracias a la prensa y a las redes sociales, sus efectos han sido graves en cuatro regiones claves del país y han afectado de modo singular a nuestro mundo rural, a su sufrida población y a sus economías productivas.
En este aspecto, el Gobierno ha reaccionado con prontitud, tanto en la declaratoria de la emergencia constitucional como en la emergencia agrícola. El propio Presidente ha tenido una presencia activa, eficaz y oportuna; e Interior y el Senapred pasan bastante bien la emergencia. Aun así, habría que tomar medidas urgentes en materias que no aceptan demoras:
a) Actualización urgente de Planes Reguladores, para que establezcan "zonas de riesgo" con las correspondientes prohibiciones: requerimos una acción urgente del Minvu, Agricultura, y con los gobiernos subnacionales al efecto
b) Dotar de más capacidades efectivas a los gobiernos regionales y a los municipios en las emergencias, no olvidando que cada desastre se enfrenta en el respectivo territorio, como hemos visto con la cantidad y eficacia de alcaldesas y alcaldes en cada frente de trabajo
c) Mejorar el accionar conjunto con el sector privado empresarial, el que debe comprometerse en el enfrentamiento del desastre como en la reconstrucción. Las grandes forestales han asumido responsabilidades importantes en el combate a los incendios: ahondemos en ese ejemplo privado
d) Hagamos reconstrucción rápida y agilicemos todo lo que haya que apurar, la magnitud de los desastres debe movilizar a nuestras burocracias
e) Trabajemos más con las organizaciones ciudadanas, porque la población organizada es un recurso vital siempre
En el futuro, debemos poner atención a los incendios forestales próximos, habida cuenta del fenómeno en el Hemisferio Norte, y no debemos descartar los aluviones amenazantes y marejadas severas en toda nuestra extensa costa. Vivimos en peligro y, como dijo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, estamos terminado el calentamiento global para iniciar la "ebullición global". Todas las semanas hay nuevos desastres en todo el planeta y son de gravedad creciente.
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