No creo que haya cosas más perniciosas y no sustentables a nivel de sociedad que el miedo y el odio. Podemos encontrar infinidad de ejemplos en la historia. La 2a Guerra Mundial, con Hitler y el genocidio, que no sólo exterminó masivamente a judíos; el uso de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki y ciertamente, no mucho tiempo atrás, un país buscando supuestas armas de destrucción masiva en otras naciones.
Se han destinado recursos ilimitados a estas incursiones, desperdiciando vidas en búsqueda de una supuesta seguridad, y hemos quedado con las manos vacías.
Es probable que nuestro desarrollo tecnológico hubiera sido menor, pero claramente nuestro nivel de bienestar sería mayor si todos esos recursos y vidas se hubieran destinado a fines pacíficos.
Alguna vez he escuchado la siguiente explicación al recurso de incitar el miedo y el odio.
Imagine que se encuentra en una pieza totalmente oscura. Está perdido, no sabe cómo llegó ahí, desde cuando , o si es que hay alguna salida. En eso, se topa con algo, frío, largo, cilíndrico. ¡Una culebra! Siente una descarga de adrenalina (asumiendo que no es un amante de las “bichas”), y el terror se apodera de usted. ¡Debe salvar su vida! Corre de un lado a otro, lanza golpes al aire para defenderse. Se dice a si mism@ que seguramente es venenosa. Más aun, grita advirtiendo a otros del peligro de esta serpiente. En eso, en medio de sus movimientos para esquivar el ataque inminente y gritando del riesgo que acecha, se enciende la luz! Y... lo que había tocado, era una cuerda!... nunca hubo peligro y toda esa energía desperdiciada y personas advertidas, fueron nada más que una pérdida de tiempo y recursos.
Situaciones como esta son comunes en nuestra vida, desde cuando mal interpretamos un saludo en el trabajo, hasta cuando un país piensa que otro tiene armas de destrucción masiva y lo invade.
Debo confesar que el titular es falso… no hay Ovnis sobre nuestras ciudades, me disculpo. Pero así como no hay ovnis (al menos no tenemos real evidencia de ellos) tampoco tenemos real evidencia de organizaciones indígenas, eco terroristas, anarquistas y activistas quemando miles de hectáreas de bosques.
Al igual que el ejemplo de la cuerda-serpiente, estamos creando una situación a partir del miedo.
No me mal entienda, no es que no haya intervención humana en los incendios, pero ‘terrorismo a escala mundial quemando miles de hectáreas de bosque en Suramérica en un país sin valor estratégico”, y “grupo antisistémico ataca a una empresa estatal ” son delirios similares a imaginar alienígenas atacando Santiago o como nuestro ejemplo, la cuerda-culebra.
Quien sea descubierto incendiando bosques DEBE ser llevad@ a la justicia y responder por sus actos, con la esperanza de que haya una sanción real a diferencia del turista que quemó Las Torres del Paine.
Quienes puedan haber dado órdenes o financiado estos actos DEBEN responder ante todos nosotros por el daño a hombres, mujeres, niños, animales, insectos y ciertamente a nuestro ecosistema. Es lo mejor que puede ocurrir para ellos, simplemente recibir un juicio justo.
Esta vez no voy a insinuar culpables, siguiendo la ruta de quien gana, o quien pierde. Toda campaña del terror, imaginando organizaciones terroristas, sembrando desconfianza y miedo, solo traerá problemas a la sociedad, la economía y finalmente al medioambiente.
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