Reconstrucción educacional desde la infraestructura hasta lo emocional

María Isabel Díaz

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La emergencia desatada por los incendios en las regiones VI, VII y VIII, ha impactado en la vida cotidiana de más de siete mil personas damnificadas. Una situación de catástrofe de tal magnitud implica desafíos inmediatos y también de mediano y largo plazo. Las necesidades son múltiples, razón por la cual los esfuerzos deben ampliarse e impulsarse de manera racional, con focos claros para cada sector, pero también diseñando e implementando diversas estrategias de carácter intersectorial destinadas a que los recursos lleguen a quienes efectivamente los requieren de manera rápida y oportuna.

En ese contexto, el ministerio de Educación, con sus dos Subsecretarías y en alianza con entidades públicas y privadas, ha activado dispositivos para garantizar el derecho a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes de las zonas afectadas.

Considerando tal desafío, se han destinado recursos que permitan el inicio oportuno del año escolar, asignando fondos para la construcción y reparación de los siete establecimientos educacionales con pérdida total, y de los cinco que resultaron con daño parcial.

Para ello, una empresa de retail entregará un aporte para la compra de uniformes, además se donará una mochila con útiles para el colegio; así, todos los estudiantes de las zonas afectadas contarán con los textos escolares correspondientes y en los establecimientos que presentaron pérdida total o daño, se dispondrá la reposición total de las Bibliotecas CRA.

En una emergencia como la que se ha vivido, es fundamental, además de responder a las necesidades materiales, considerar el impacto emocional que una situación como esta pueda provocar. Las catástrofes interrumpen y desordenan bruscamente nuestra vida cotidiana, y nos hacen experimentar un estado de confusión, que impide retomar rutinas básicas que provean sensación de seguridad. En un escenario como este, es esperable que niños, niñas, jóvenes y adultos se sientan distintos después de vivir una catástrofe; es habitual que surjan y emerjan emociones como miedo, angustia, tristeza, irritabilidad y sentimientos de culpa.

Todo esto es esperable, sin embargo, es importante generar acciones cuyo principal propósito sea brindar el máximo de resguardo del bienestar de todos los estudiantes, propiciando la contención por medio del contacto físico respetuoso, actitud emocional receptiva y empática además de palabras que permitan comprender lo sucedido. Es fundamental en estas circunstancias, invitar a niños y niñas a conversar, pintar, jugar, recreando en un ambiente protegido y respetuoso, las difíciles experiencias vividas.

Del mismo modo, es importante respetar y estar atentos a quienes aún no se sientan preparados para hablar acerca del tema, entendiendo que cada niño y niña tiene sus propios ritmos y necesidades para elaborar y resignificar lo vivido.

Con este propósito, Mineduc, a través de la acción de profesionales de JUNJI y Fundación Integra, se ha trasladado hasta las regiones afectadas para desarrollar diversas intervenciones psicosociales.

Esta situación, en la cual se deben enfrentar catástrofes, claramente impacta en las comunidades educativas, por tanto, también se ha promovido la participación de sus integrantes, quienes han centrado su función en la reorganización de este espacio, considerando los recursos con que cuentan y llevando a cabo el levantamiento de información que permita la definición de las principales necesidades.

Esto se ha desarrollado, elaborando nóminas de niños, niñas y jóvenes que podrían estar afectados y verificando antecedentes respecto al estado y las condiciones que se encuentran las familias, a fin de establecer vínculos con las redes de apoyo existentes. 

Todo esto, y otras iniciativas más, sumadas al empuje de cada uno, nos ayudará a procesar y resignificar la experiencia, pues existe el firme propósito que quienes viven en las zonas afectadas, puedan recuperar progresivamente sus actividades cotidianas y aquellas dinámicas propias de la vida en comunidad.