Un reciente informe elaborado por UNICEF y Save the Children advierte que los efectos de la pandemia podría empujar a 86 millones de niños y niñas a la pobreza este año, lo que aumentaría en un 22 % la pobreza de los infantes en la región de Latinoamérica y el Caribe.
Estos datos evidencian no solo el brutal efecto que tendrá la pandemia, sino además la tragedia que se viene para los niños y niñas de la región, esto pues no son datos vacíos y descontextualizados, la pobreza infantil en la región alcanzaba ya antes de la pandemia al 40%. Se suman las altas tasas de desnutrición crónica y anemia, elevados índices de violencia intrafamiliar que configuran el escenario en el cual la pandemia campea.
En Chile la encuesta CASEN del 2017 muestra que, medida por ingresos, un 13,9% de menores de 18 años se encuentran en situación de pobreza, situación que aumenta a un 22,9% en términos de pobreza multidimensional (la más alta de los tramos etarios) desconocer esta situación no es más que el reflejo de la desconexión de las autoridades con la realidad que viven sus ciudadanos
Pero no todo siempre ha sido así, durante la década del 2000, los índices de pobreza disminuyeron llegando a reducir en un 14% para luego verse nuevamente un tanto estancados en la década posterior.
Como se aprecia el desarrollo ha colaborado, sin embargo, los datos de hoy sobre los efectos de la pandemia nos debería obligar cuestionarnos.
¿Es esta forma de desarrollo la que protegerá a los niños y niñas? A pesar de los esfuerzos de los países por aumentar la riqueza y subirse al carro del desarrollo, los niños y niñas se encuentran en la fragilidad misma de los vaivenes de la humanidad.
Países como el nuestro, que ha disminuido su porcentaje de pobreza por ingreso, no podemos decir los mismo respecto a la pobreza multidimensional, se encuentran nuevamente en riesgo de retroceder brutalmente en sus conquistas.
Debemos evitar el retroceso a toda costa, pero para esto hace falta re-pensar la forma en como nos desarrollamos y no solo eso, sino en favor de quienes nos desarrollamos. Mejorar la calidad de vida de los niños y niñas implica mejorar la vida de todos los integrantes de la familia.
En estos momento de nada sirve ganarle a la pandemia si insistimos en construir un sistema sobre una sociedad que desde sus cimientos genera desigualdad social, cultural, económica y desprotección, y en donde son los más vulnerables quienes se ven afectados de forma desproporcionada durante épocas de crisis.
El panorama es desolador, pero el futuro es susceptible a transformaciones y las decisiones políticas deben comenzar a configurarse de forma que beneficie y proteja efectivamente a toda su gente, especialmente a aquellos más vulnerables. Por lo pronto, audacia en las decisiones es lo que podría frenar en parte esta debacle en la vida de tantos y tantas menores y sus familias.
Por ejemplo, un aumento razonable del gasto fiscal que financie medidas adecuadas y oportunas - hasta ahora insuficientes - podría contribuir significativamente a bajar los altos índices de estress en que se encuentran las familias, a componer en parte las alteraciones sociales producto de la crisis, a reducir la inseguridad alimentaria, a disminuir por tanto la violencia intrafamiliar, lo que impactaría directamente en la calidad de vida, la protección y el desarrollo de los y las niñas.
A mediano y largo plazo es grande el desafío, dejar atrás el desarrollo de unos pocos y transitar hacia un modelo que permita una verdadera mejora de las condiciones de vida de sus miembros, el cual genere condiciones justas para la satisfacción de sus necesidades básicas y que proteja sus derechos frente a cualquier crisis y que no nos tenga luego lamentando.
Los primeros años de la infancia son decisivos tanto para los niños y niñas como para las sociedades en su conjunto, sino entendemos eso ahora, no entendemos nada.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado