Chile está en medio de un proceso constituyente y se juega lo que será el devenir del siglo XXI. El deterioro de los ecosistemas amenaza nuestra estabilidad y organización social en múltiples dimensiones. Por eso, en este Día de La Tierra reconocemos las luchas que por décadas han dado las organizaciones y defensores ambientales y proponemos un proyecto de transformación socio-ecológica para un nuevo modelo de desarrollo.
Ya no basta con una agenda aislada de protección ecosistémica, debemos avanzar hacia el sentido común que el ambientalismo identificó hace años: No existe justicia social sin justicia ambiental. Proponemos una visión desde la economía de los cuidados, la protección de la biosfera y los bienes comunes naturales. El prisma ecológico debe ser el pilar que guíe la agenda económica de reactivación sostenible, que entregue bienestar y derechos sociales a las personas, a través de políticas que permitan disminuir el metabolismo social y mejorar el bienestar de las personas.
Proponemos una política de inversión pública para la transformación de nuestras ciudades, asegurando el derecho a la vivienda a través de la construcción de hogares sostenibles y el reacondicionamiento térmico de los ya construidos. Avanzaremos en fortalecer la generación distribuida y residencial, considerando las diversas realidades territoriales para erradicar los problemas urgentes de pobreza energética. Por otra parte, fomentaremos el transporte accesible transitando a modos sostenibles de movilidad, privilegiando el transporte público y el no motorizado como las bicicletas. Iniciaremos un proceso de transformación de nuestro sistema alimentario, para dar acceso a dietas nutritivas, asequibles y sostenibles, atacando la precariedad que la pandemia desnudó.
Finalmente, apoyaremos la innovación y el emprendimiento en áreas como la generación eléctrica de bajo impacto, residuos y economía circular y la relocalización de la producción a través de nuevas tecnologías. Creemos que la transformación social y ecológica con justicia ambiental y social debe ser el símil a la Reforma Agraria o la Nacionalización del Cobre, el hilo conductor de nuestra propuesta económica
Joe Biden, presidente estadounidense, convocó una cumbre internacional que busca aumentar la ambición en la lucha contra el cambio climático. Participará el Presidente Piñera, por lo que es una oportunidad para ver el compromiso del Gobierno en la solución a la crisis climática. Ya conocemos la opción de aislacionismo que ha optado por tomar, al inexplicablemente negarse a adherir al Acuerdo de Escazú. Este fundamental tratado entra en vigencia hoy y nuestro país estará ausente de este histórico momento.
Escazú es el primer hito en la integración ambiental a nivel regional y será una agenda fundamental de nuestro eventual gobierno. La conservación de bienes comunes naturales y la defensa a luchadores ambientales es urgente. También por la necesidad de iniciar agendas coordinadas de inversión para la transición aprovechando las potenciales economías de escala. Y finalmente, lo que a nuestro juicio es lo más importante: Avanzar en justicia ambiental fortaleciendo la participación y territorialización de las decisiones ambientales relevantes para las comunidades, y la protección jurídica de las y los defensores ambientales.
Por ello, tomamos el compromiso de que nuestra primera decisión de gobierno será adherir a este acuerdo. Invitamos a las candidaturas presidenciales de gobierno y oposición a que tengan el mismo compromiso.
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