Llegó marzo y, con eso, el inicio mediático de las conversaciones entre partidos de cara a las presidenciales. Y en este tiempo nos encontramos con frases cargadas de slogans, pero carentes de sustancia. El mejor ejemplo lo dio el propio Presidente Gabriel Boric hace unos días: "El candidato del Gobierno es Chile", dijo al ser consultado por su apoyo a Carolina Tohá. Si fuera así, la salida de la exministra del Interior se hubiera concretado mucho antes. Su nombre llevaba meses en el tapete como carta del oficialismo para ser un gobierno de continuidad. El problema es que el candidato del gobierno no fue Chile, ya que durante este tiempo pareciera ser que Tohá buscaba ganar presencia en los medios, dedicándose a eso en desmedro de lo realmente importante que era hacerle frente a la delincuencia. ¿Quiénes perdieron? Chilenos y chilenas.
Es cierto que la bajada de Bachelet, la confirmación hace meses de Matthei por parte de Chile Vamos y ya con Tohá fuera de La Moneda, al menos la oposición y el oficialismo tienen sus candidatos. En la posición más decidida que las fuerzas del progresismo (como se denominan los afines al gobierno de Boric), han abogado sí o sí por primarias: Ahí aparece Vodanovic por el Frente Amplio, Tohá por el Socialismo Democrático, Mirosevic por el Partido Liberal, y por el Partido Comunista la ministra Jara y Daniel Jadue. Sí, él mismo que está con arresto domiciliario.
También están los más ultras, como Kast por Republicanos y Kaiser por Libertarios. Pese a las infinitas invitaciones a unirnos como un bloque de oposición en unas primarias con los dos últimos, ellos no acceden. Pareciera ser que privilegian más los proyectos personales que el bienestar de Chile, sobre todo porque saben la dispersión de votos que se generará. La falta de unión puede correr el cerco a lugares insospechados.
Dicho lo anterior, los candidatos deben ir presentando sus ideas y programas de gobierno. En esa línea, quien más ha dado a conocer sus medidas es Evelyn Matthei con un fuerte énfasis en seguridad y en el control de la inmigración irregular. ¿Qué podemos esperar de Tohá y el progresismo? No lo sabemos, pero se intuye que una continuidad de lo que ha sido el gobierno de Boric y perfeccionar ciertos aspectos. ¿Y de Kast y Kaiser? Prometer harta seguridad y mano dura. Sin embargo, hay que contemplar que ninguno de los dos ha administrado nada; ni tampoco les ha tocado tomar decisiones difíciles en la hora de la verdad.
Pero no solo son los ejes programáticos, sino que quien tenga como meta llegar a La Moneda también debe conformar listas parlamentarias competitivas, y lograr que quienes salgan electos sean fieles a los proyectos políticos. De no haber humo blanco a la reforma al sistema político -que dentro de su composición le quita su escaño a quienes abandonen el partido por el cual fueron electos- se repetiría el mismo problema de díscolos que observamos estos últimos cuatro años, lo cual sería brutal y provocaría ingobernabilidad para quien llegue a La Moneda. En ese sentido, las lealtades a los cuadros que conforman las coaliciones son claves. Los partidos y candidatos presidenciales, deben tener un especial cuidado en este ítem, si no, quienes sean electos, dejarán botados a su partido apenas vean alguna oportunidad que les pueda traer réditos electorales, entre otros.
Los bailarines ya están en la pista de baile, solo faltan las parejas para que los acompañen con lealtad y compromiso.
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