Hacer la pega (bien)

Cristhian Moreira Barros

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Esta semana comenzó el trabajo en la Cámara de Diputadas y Diputados de las comisiones que se encargan de revisar las acusaciones constitucionales en contra de los jueces de la Corte Suprema Ángela Vivanco, Sergio Muñoz y Jean Pierre Matus. En este contexto, mis pares me dieron el honor y eligieron como presidente de la que analiza el líbelo presentado por el oficialismo -más la Democracia Cristiana- contra el juez Matus.

Sin perjuicio de lo anterior, la primera tarea como comisión fue ver la lista de expertos que se convocaron a las sesiones. Durante la primera semana (aún en curso) recibimos siete invitados, donde destacaron y expusieron distintos académicos con vastas carreras en el Derecho, y también hizo lo propio la parte acusadora. Todas las presentaciones se realizaron en un marco constitucional, pero aún sin entrar en el fondo, porque aún se espera la respuesta del acusado, Jean Pierre Matus, la cual debería estar en los próximos dos o tres días, ya que el plazo de los 10 días para que den una respuesta desde que se dio a conocer la acusación vence el 5 de octubre.

El trabajo debería durar hasta aproximadamente mediados de octubre, ya que los días lunes, martes y miércoles de la semana venidera entraremos en el fondo del debate. Y el jueves de la misma, en la sede del Congreso en Santiago, se procedería a votar la acusación. Con esto, la semana subsiguiente tendría que pasar a la sala para su discusión. Por un lado, eso en cuanto al cronograma. Sin embargo, me quiero detener en el espíritu y trabajo que debe tener esta comisión y las otras dos. Estamos en un momento clave de nuestra historia, donde la ciudadanía nos observa atentamente, no podemos darnos el lujo -en este tipo de instancias- de dejarnos llevar por pasiones o ideologías de turno.

Aquí lo que debe existir es un trabajo serio, que se sostenga dentro de un marco constitucional y que resguarde los procesos democráticos de nuestro país. Desde el Congreso, debemos colaborar en devolverle la confianza a la ciudadanía en las instituciones en momentos que los vínculos se deterioran, esfuman y parecen inexistentes.