Lo principal debe estar en la agenda

La mejor manera que se conoce para que la centroizquierda llegue a la Presidencia consiste en colocar este tema en la agenda política cotidiana. Esto se dice fácil, pero implica una enorme y persistente tarea aún no iniciada. 

Lo bueno de intentarlo es que pone al alcance de cada uno de nosotros, tal como ocurre en la movilización social, un propósito de gran alcance. La buena política vuelta a ser algo que ayudamos a hacer presente, en vez de algo ajeno. 

El “truco” consiste en poner el tema en los tres ámbitos que hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso: perfilamiento de figuras, organización y coordinación políticas. Y lo interesante es que todo esto lo hemos sabido siempre. 

Todos conocemos cómo ganar porque ya hemos experimentado antes cómo perder. Hay que recordarlo para no reincidir en los errores. ¿Qué hizo que la derecha ganara por segunda vez con Piñera? 

En la elección pasada la derecha se presentó como una coalición. La Nueva Mayoría ya había dejado de ser un conglomerado antes de entrar en competencia. Y una coalición triunfa sobre una no-coalición. 

La derecha presentó como candidato a un ex presidente mientras que nosotros presentamos a nuestra figura pública mejor posicionada en ese instante. Pero un presidente triunfa sobre un presidenciable en formación. 

La derecha se presentó habiendo logrado un acuerdo electoral, que le permitirá competir contra nosotros, regulando la disputa entre sus partidos.

Nosotros no logramos un acuerdo en materia presidencial y nos dividimos en materia parlamentaria. Y un acuerdo triunfa sobre un desacuerdo. 

La derecha predomina porque se concentró en ganar la elección principal, contando con una coalición, un liderazgo reconocido y un acuerdo electoral que operó sin problemas. La centroizquierda priorizó la competencia parlamentaria.

Cuál de los factores mencionados pesó más, es algo que se podrá discutir infinitamente. Pero, sumados, sin duda produjeron efecto. 

Sabemos cómo revertir tal situación. Lo primero es que debemos hacer es destacar liderazgos caracterizados por representar convicciones políticas y propuestas de país.

En segundo lugar, resulta imprescindible consolidar el cambio generacional en la primera línea de mando de la centroizquierda. 

En tercer lugar, se hace indispensable, como nunca, contar con espacios comunes para la reflexión, la definición común de diagnósticos, la preparación compartida de estrategias, la elaboración de políticas públicas de aceptación amplia.

Por último, necesitamos la realización de primarias. Esta es tarea para colectivos pluralistas y convergentes. En un sistema como el chileno, ningún partido puede aspirar a llegar a La Moneda en solitario. 

Lo importante por ahora, es observar que el gobierno se debilita pero la oposición no se fortalece. Esto implica que aún no hemos recuperado la magia de constituir un todo superior a las partes.

Siempre serán decisivas las personas cuyo partido es la unidad y que premia la voluntad de superar diferencias.

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