Afortunadamente la reunión del Comité Central del PS logró resolver un camino para definir su opción presidencial y puso fin a un período de incertidumbres.
El próximo encuentro del Comité Central tiene una cualidad especial: se trata de los miembros que han sido electos hace pocos días y que por lo tanto tiene una legitimidad indiscutible para definir a quien el Partido presentará como su candidato a las primarias del 2 de julio.
La decisión de los más de cien miembros de tal instancia habrá de valorar la calidad de las propuestas que los posibles candidatos tienen para el futuro político, social y económico de Chile.
Quiero recordar que Ricardo Lagos dio a conocer sus criterios generales sobre el futuro en su libro “En vez del pesimismo”. Allí llamaba la atención de cómo diversos sectores sólo se dedican a profetizar males y desastres para nuestro país. A la inversa, Lagos trata de rescatar una visión positiva de nuestras cualidades y virtudes como país.
Y ahora hace pocos días en su libro “Piensa Chile”, reflexiona sobre cómo ver nuestro futuro. Lo más importante de este documento son sus proposiciones concretas y prácticas para enfrentar los problemas de los cuales debe hacerse cargo un futuro gobierno.
Invito a mis camaradas del recién electo Comité Central del PS a sopesar lo que está en juego: la popularidad que se muestra en dudosas encuestas o la densidad de lo que se propone para llevar a Chile en la senda de su progreso y de avanzar en sus condiciones democráticas.
Lagos representa lo mejor del compromiso de los socialistas con el progreso de Chile y su democracia. Basta recordar su papel decisivo en la recuperación de la democracia y su férrea voluntad para enfrentar la dictadura de Pinochet. En esos duros años, como miembro principal de uno de los grupos en que estaba dividido nuestro partido, fue un factor fundamental para lograr la unidad del PS.
No olvidemos nuestra orgullosa opinión cuando el PS celebró el hecho de que un socialista fuera electo Presidente de Chile después de Salvador Allende.
No olvidemos el Plan Auge. O la Reforma Procesal Penal, iniciada con Eduardo Frei e implementada con Ricardo Lagos. Recordemos el logro de garantizar para niños y jóvenes de nuestra tierra un mínimo de 12 años de escolaridad. O el trabajo de la Comisión Valech.
No olvidemos el desarrollo económico, la firma de tratados de libre comercio y la profundización y avances en infraestructura, las autopistas de la zona central, la modernización de la ruta 5, con más de 1.500 kilómetros de doble vía, la ampliación de aeropuertos.
No olvidemos las leyes de procedimiento administrativo, Nuevo Trato, Alta Dirección Pública y Compras del Estado, así como el despacho de la Ley de Matrimonio Civil y la creación del Consejo Nacional de la Cultura de la Cultura y las Artes.
No olvidemos las reformas constitucionales fundamentales realizadas, como la abolición de senadores designados, el fin de la inamovilidad de los comandantes en jefe de las FFAA, la transformación del Cosena, la reducción del período presidencial a 4 años sin posibilidad de reelección y el aumento de las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados.
No olvidemos nuestra historia. Elijamos un candidato socialista. Elijamos a Ricardo Lagos Escobar. Elijamos al mejor de los nuestros.
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