Los lagos de Aysén

A propósito de la gran polémica e inquietud social y gubernamental por el asunto de HidroAysén, me gustaría proponer que nos enfocásemos en lo central. Pero antes, hay que darse una vuelta por la zona.

No les parece interesante que con el proyecto se agregan 5 lagos y una laguna a los grandes y maravillosos espejos de agua (como diría Benjamín Subercaseaux) que ya existen naturalmente.

La llamada Región de Los Lagos se quedaría chiquitita. Viva la competencia. Estamos en el mundo del mercado. Al fin y al cabo, también, se podría diversificar la oferta turística, que decir si en esos nuevos depósitos de agua le agregamos alguna carpa o pejerrey. Recursos para los habitantes de la zona que se debaten entre un piño de ovejas y un par de vacas. Nueva gastronomía.

Aunque el asunto de preservar la virginidad del ecosistema para venderla como atractivo mundial, creo que ya ha sido violada.

Pero no por cualquier pelafustán o badulaque como diría Carlos Larraín: el mismísimo Príncipe William, de recientes nupcias, formó parte de las expediciones Raleigh que arropadas por angelicales parkas se llevan a Inglaterra, muestras de musgos y líquenes (raros y endémicos) que servirán a la real industria químico-farmacéutica para producir la síntesis de elementos que nos venderán como remedios muy caros. Pero, no importa, el Príncipe, dejó un amor en Caleta Tortel. Para envidia de Lucía y Carlos. Y, también, para levantar nuestro orgullo nacional.

Mis queridos lectores, hay que seguir con el tema Lagos. Estamos advertidos que con eso del cambio climático, la frontera agrícola se irá corriendo hacia el sur y por tanto debemos prevenir que el agua esté disponible no sólo para producir electricidad sino también riego para la agricultura que deberá instalarse en la zona a costa de la deforestación para instalar campos y praderas. Dentro de algunas decenas de años tendremos a los defensores del bosque nativo muy activados.

Me parece que todos estos problemas que se discuten como la destrucción de la Patagonia, de la biodiversidad y de la prevención del cambio climático, esconden el asunto central que tenemos. ¿Cual? La enorme concentración económica y de negocios que están asociados al tema.

Concentración en la generación de energía; concentración en la transmisión y concentración en la distribución. That is the question.

Grandes y poderosos grupos económicos nacionales y transnacionales se han apropiado del asunto.

Cuando estamos viviendo el gran éxito de la economía de mercado a escala mundial, es decir, de las virtudes de la competencia, en este tema los grandes en Chile se han encargado de instalar con su enorme poder, barreras de entrada al sistema energético para una multiplicidad de inversionistas y emprendedores. Y nosotros en Chile nos hacemos los lesos.

La astucia para hacer negocios de nuestro Presidente debiera, digo yo, abrir las oportunidades para otros, tal como a él se le abrieron para los suyos. Espero que HidroAysén nos abra los ojos o quedamos ciegos para siempre.

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