¿Ministerio del Transantiago?

Con desazón vimos cómo la partida de Transportes y Telecomunicaciones del presupuesto 2017 centra sus recursos una vez más en el sistema de transporte público de Santiago.Entre suma y resta, hay una cifra que es lapidaria, 48% de los dineros se van al Transantiago. Es decir, prácticamente uno de cada dos pesos serán inyectados a un sistema que a todas luces fracasó.

Con estos antecedentes y la cantidad de recursos que recibirá el sistema, me atrevo a afirmar, responsablemente, que el ministerio de Transportes se convirtió en el “Ministerio del Transantiago”. 

Desde que asumió el nuevo Gobierno en 2014, las políticas de transportes se han enfocado casi exclusivamente en resolver los problemas de este sistema, sin resultados exitosos.Al contrario, el rechazo de la ciudadanía se empina por sobre el 80% y a casi 10 años de su implementación, tres de cada 10 usuarios simplemente no paga el pasaje.

Más aún, el millonario subsidio aprobado el año pasado por US$ 2.700 millones, que yo rechacé, no se ha traducido en un beneficio o cambio sustancial para los usuarios, quienes deben resignarse a movilizarse día a día en un servicio deficiente.

Tantos recursos botados a la basura y ni un solo peso para financiar una idea que hace años he planteado y que el Gobierno se resiste a aprobar: rebajar el pasaje del transporte público para los adultos mayores en todo el país.

Me cuesta creer que el Estado deje de lado a este importante segmento de la población que tanta ayuda necesita, considerando sus muy bajas pensiones. Ellos no pueden pagar los platos rotos de una pésima gestión de recursos.

Pero no nos quedaremos de brazos cruzados. Continuaremos rechazando las veces que sea necesario un presupuesto que despilfarra recursos y asumiremos con más fuerza aún el desafío de fiscalizar el gasto de cada peso, con miras a lograr, algún día, un transporte público digno y de calidad como el que merecen todos los habitantes de nuestro país.

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