Piñera salvará a Piñera y la oposición, su propuesta

El devenir de las conversaciones entre oposición y gobierno está resultando bastante agitado. La forma como se está concretando no es la misma que se conversó previamente con los partidos y con la oposición. Alterar las reglas genera consecuencias negativas y, en este caso, ha significado la salida del PR de las conversaciones y la crítica de otros personeros de centroizquierda.

Caben dos preguntas. ¿Por qué se alteró las reglas desde el oficialismo? ¿Cuál es el destino de estas conversaciones? Me adelanto a responder, los cambios se explican por la necesidad de minimizar las pérdidas producidas en el gobierno por el avance del pacto. Además, es evidente que la administración de Piñera llegará a acuerdo (parcial, se entiende) con la oposición. No tiene alternativa.

Por la boca muere siempre la administración Piñera. Por alguna razón inexplicable el mandatario considera que el modo en que se está escribiendo la historia resulta muy injusta con él. Estima que se le ha desconocido un papel clave en el pacto nacional firmado el 15 de noviembre. Resulta que Piñera no apareció ni en los créditos de esa película. Simplemente su huella no está y eso es algo que de verdad lo afecta.

Ahora Piñera es quien ha convocado a alcanzar un acuerdo nacional y se puede apostar cualquier cosa a que no querrá que, cuando se cuente la historia completa, se diga, cuando no estaba Piñera se llegaba acuerdo y cuando aparece fracasaban los intentos. Se trata de un pez que fabricó un anzuelo, abrió la boca y lo mordió.

El punto está en que convocar a la oposición para un acuerdo es lo mismo que aceptar que la estrategia de guardar pertrechos para más adelante fue un error, que hay que aumentar el gasto ahora y que ese gasto debe asegurar ingresos para las familias obligadas a quedarse en casa. Es lo que la oposición a dicho siempre. Esto es un reconocimiento que precede al llamado presidencial o no se habría realizado. Como se mire, se trata de un triunfo de la oposición y de gremios como el Colegio Médico.

Pero ¿quién pierde con este acuerdo? Obviamente dos actores,los que tuvieron que representar la línea dura y no ampliar el gasto antes (Hacienda) y los partidos que quedan de espectadores o en un papel secundario en el oficialismo (RN, que fue epicentro en la ocasión anterior). De allí el guiño a Desbordes al nombrar el nuevo ministro en Desarrollo Social.

Se está buscando minimizar los costos entre los perjudicados. Hacienda está logrando que la propuesta “técnica” inicial y transversal, se converse en su casa y que sea el propio Briones el que la respalde. El cambio de caballo y la dirección inversa hacia donde galopa se hace más presentable.

Por eso, también, Desbordes propone incorporar al acuerdo la condonación de las deudas del CAE, lo que conseguiría aportar un logro propio, no considerado antes en el entendimiento.

¿Pronóstico? Piñera se encargará de salvar a Piñera. La oposición salvará su propuesta central. Ambos sectores salvarán el acuerdo. Como siempre, habrá mucha confusión, pero Chile saldrá más preparado para enfrentar sus crisis.

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