Un error metodológico tuvo como consecuencia que los chilenos pagaran de más en la cuenta de la luz. Como era de esperarse, las reacciones de la agenda pública fueron lapidarias y un ministro, que era muy cercano al presidente, tuvo que abandonar su cargo. Sin embargo, en las últimas semanas otro error metodológico ha quedado al descubierto, uno que puede tener consecuencias igual de graves para los chilenos en una de las materias que más les preocupa: la seguridad. Lamentablemente, este no ha tenido las mismas repercusiones mediáticas que lo ocurrido con las tarifas eléctricas.
Como es habitual, todos los años el gobierno presenta al Congreso su propuesta de Presupuesto. Al momento de hacerlo, entrega además un análisis, servicio por servicio, en que se detallan los recursos que fueron destinados a cada partida durante el presente año y los que se proponen para el próximo. Lo anterior, con el objeto de compararlos y así observar si se tiene la intención de aumentarlos o reducirlos.
Ahora bien, para que esta comparación pueda realizarse de manera correcta, los recursos del año actual, es decir del 2025, deben ser ajustados por la inflación proyectada al año siguiente, en este caso del 2026. De lo contrario, estaríamos incurriendo en un engaño, ya que sabemos que un peso hoy no vale lo mismo que un peso en doce meses más.
Contra toda lógica, es justamente esto es lo que ha intentado hacer el Gobierno. Si revisamos los cuadros comparativos publicados por la Dipres, es posible notar que las cifras de gasto en personal de este año no están reajustadas a pesos del próximo. Un error que, por una razón que el Ejecutivo aún no ha sabido explicar, se ha limitado exclusivamente a este tipo de gasto, ya que los otros ítems, como las distintas políticas públicas, la inversión en infraestructura o la adquisición de bienes (vehículos, máquinas, equipos, etc.), sí tienen el cálculo correspondiente.
Lo más grave es que, si realizamos el reajuste que fue omitido, no solo existen diferencias significativas con los porcentajes de variación presentados por la Dipres, sino que algunos de los supuestos aumentos presupuestarios son realmente caídas. Es decir, para el 2026 se destinan menos recursos a los sueldos de los funcionarios públicos que los que anuncia el gobierno y, en algunos casos, estos realmente se reducen.
¿Por qué esto es relevante para la seguridad del país? La respuesta es muy sencilla: porque para Carabineros y la PDI los gastos en personal comprenden alrededor del 80% del total de su presupuesto. Por lo mismo, un error como el descrito, tiene un especial efecto en estas instituciones. De corregirse, es posible revelar que las policías no mantendrán o aumentarán realmente sus recursos para el próximo año, como quieren hacernos creer las actuales autoridades, sino que, por el contrario, los verán reducirse.
En otras palabras, el Ejecutivo, por medio de una artimaña metodológica, está intentando esconder su intención de darle un tijeretazo a los recursos destinados a pagar los sueldos de nuestras policías. Al parecer, decidieron obviar el hecho que atravesamos la peor crisis en materia de seguridad en nuestra historia, con tal de dejarle al próximo gobierno, que con un alto grado de certeza será de distinto signo político, policías con menos recursos.
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