El senador Quintana y los "escudos humanos"

Manuel Hasbún Zaror

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Con indignación escuchamos las declaraciones del senador Jaime Quintana en El Primer Café de Cooperativa, donde acusa a los padres palestinos de utilizar a sus hijos como escudos humanos, y relativiza el exterminio del pueblo palestino en Gaza, al afirmar que "esto no califica como genocidio". Sus palabras, además de infundadas, son peligrosas. Alimentan una narrativa deshumanizadora y racista, que ya ha justificado el asesinato de cerca de 20 mil niños bajo las bombas y disparos de francotiradores israelíes.

¿De qué cree el senador Quintana que estamos hechos los palestinos? Es tal su fanatismo sionista y su capacidad de deshumanización, que no es capaz de ver la brutalidad que implica afirmar que un padre expone voluntariamente a su hijo al fuego. Los padres en Gaza sacrifican sus vidas para alimentarlos. De eso fuimos testigos el año pasado tras la masacre de la harina, cuando Israel disparó contra cientos de palestinos hambrientos que buscaban ayuda humanitaria.

Por el contrario, existen múltiples denuncias documentadas -por Human Rights Watch, la ONU, B'Tselem, entidad israelí de derechos humanos; Amnistía Internacional, Breaking the Silence, también israelí; y otras- de que es el ejército israelí el que ha utilizado a civiles palestinos, incluso adolescentes, como escudos humanos en diversas ofensivas, incluyendo ésta en curso.

Atribuirle a las víctimas la responsabilidad de su propia masacre no sólo es falso: es infame. ¿Cuántas víctimas, cuántos miles de cuerpos mutilados necesita el senador Quintana para considerar que se está exterminando a un pueblo y cometiendo genocidio? Más de 60 mil personas han sido asesinadas en Gaza en 18 meses, la mayoría civiles. Más del 85% de la infraestructura ha sido destruida, incluidos los hospitales, y cientos de miles de personas viven bajo un asedio medieval, expuestos al hambre, al frío y a la enfermedad, porque quizás el senador Quintana olvidó que Israel mantiene bloqueada la entrada de ayuda humanitaria y que desde marzo no entra a Gaza un gramo de arroz. ¿No es esto un intento sistemático de borrar a un pueblo, o también esta novedosa arma de guerra está justificada ante los ojos del senador? La evidencia acumulada por periodistas, médicos, rescatistas y organizaciones internacionales es abrumadora: estamos frente a un GENOCIDIO.

En su intento por justificar la masacre, Quintana recurre incluso a una vieja pieza de propaganda: comparar la situación palestina con el régimen de Gaddafi. Afirmar que Gaddafi enviaba niños al frente con llaves al paraíso no solo es absolutamente falso, sino que proviene de una narrativa fabricada en contextos de guerra, sin pruebas documentadas ni respaldo de organismos internacionales. Su mención sólo demuestra que el senador replica, sin mayor análisis, una propaganda miserable aprendida de sus mentores sionistas, cuyo único objetivo ha sido deshumanizar a la población árabe y justificar su exterminio.

El senador dice haber estudiado el asunto. Sin embargo:

• Afirma que este es un conflicto milenario. No lo es, ya que palestinos y judíos convivían en paz, hasta que apareció el virus del sionismo a fines del siglo XIX
• Cita al papa Francisco, pero al parecer ignora que éste se refirió a la masacre en Gaza diciendo: "Ayer niños fueron bombardeados; esto es crueldad; esto no es la guerra"
• Parece que nunca se enteró de las múltiples declaraciones de sello genocida emitidas por varios jerarcas israelíes, incluido por cierto Netanyahu
• Respecto de los "bebés degollados", hecho supuestamente ocurrido durante el ataque de Hamas en 2023, olvida o ignora que ese infame embuste ya fue ampliamente desmentido, incluso por fuentes israelíes

Antes de terminar, creo mi deber ofrecer disculpas a los lectores, por el carácter abiertamente "antisemita" de esta columna. Pero mi propósito es defender a un pueblo que, a diferencia de la mayoría de los israelíes, sí es genuinamente semita, como es el pueblo palestino, habitante milenario de la tierra de Palestina.

En todo caso, puede dormir tranquilo el senador Quintana. Porque si realmente cree que los padres palestinos son capaces de enviar a sus hijos a la muerte, entonces se merecerían la suerte que están corriendo. Y por otra parte, con seguridad Quintana seguirá siendo portada en "La Palabra Israelita" y continuará recibiendo invitaciones a visitar Israel, con gastos pagados. Allí podrá continuar instruyéndose acerca de cómo difamar al pueblo palestino, y admirar los avances tecnológicos y armamentísticos de dicho Estado. Pero sí le podemos asegurar que hay algo que jamás encontrará: humanidad.