Transporte público con tarifa mensual, un paso al derecho a la movilidad urbana

Ariel López

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^{Co-escrita con Claudia Rodríguez, Genaro Cuadros, Alba Vásquez, Jorge Inostroza, Jeanette Orozco y Cristóbal Pineda, miembros del Núcleo Ciudad en Movimiento}

El Gobierno ha anunciado una interesante propuesta en el ámbito del transporte público: aunque se aumentará en 10 pesos en la tarifa del transporte, esta será acompañada por la introducción de un límite de gasto mensual de 38 mil pesos, a partir del cual todos los viajes adicionales serán gratis. Se introduce un cambio relevante en el manejo de tarifas de los servicios de transporte en Santiago, asemejándose a los sistemas de abonos de transporte o boletos mensuales que ya existen en diversas ciudades alrededor del mundo.

El cambio de paradigma propuesto es análogo a la transición de las tarifas telefónicas, en las que antes pagábamos por minuto de uso y evolucionamos hacia sistemas ilimitados con un costo mensual fijo. De manera similar, esta propuesta conlleva un paso importante al abandonar el modelo de pago por viaje individual y adoptar un sistema ilimitado por un valor mensual fijo de 38 mil pesos.

Algo notable de esta propuesta es su reconocimiento a aquellos usuarios frecuentes y que pagan su pasaje en el transporte público. Tradicionalmente, los esfuerzos por controlar la evasión afectan a todos por igual, pagando justos por pecadores, sin proporcionarles un incentivo para seguir pagando de manera regular. A partir del viaje número 50 (estimación), todos los viajes adicionales serán gratuitos, premiando la lealtad y al mismo tiempo fomentando un sentido de comunidad y respeto por los bienes y servicios comunes, utilizando más el transporte público.

La incorporación de un límite máximo mensual de 38 mil pesos conlleva una serie de beneficios tangibles. Por ejemplo, facilitaría una mayor participación en actividades recreativas, paseos durante los fines de semana o asistencia a eventos a lo largo de la semana. También el acceso a bienes y servicios, lo que impacta en la calidad de vida de las personas, fomentando la participación en la vida urbana.

Este cambio se interpreta como un primer paso en integrar consideraciones e impactos sociales, en las personas de menores recursos y se avanza hacia la eventual disminución-eliminación de la tarifa para todos los usuarios mediante un reemplazo cruzado de este valor fijo mensual de 38 mil pesos. Esto puede ser especialmente beneficioso para segmentos de la población con menos recursos, al brindarles acceso equitativo al transporte y alentando la movilidad social.

En resumen, la adopción de un sistema de pago del transporte público con un límite financiero mensual representa una innovación audaz que promueve la equidad, la accesibilidad y la fidelidad del usuario, Este cambio de paradigma recompensa a los pasajeros que -hoy en día- pagan sus pasajes y brinda estabilidad financiera a las familias. En definitiva, esta medida sienta las bases para un sistema más justo y accesible, haciendo real el derecho a la movilidad urbana como derecho social el que requiere de financiamiento permanente.