Bienvenida Joan Báez

Después de 33 años de habernos visitado en 1981, llega a Chile en estas horas la afamada cantante internacional Joan Báez, esta vez para compartir con miles de fans dos recitales en Santiago. El país al que arriba es distinto al que visitó en mayo de 1981. Nadie le prohibirá ahora nada, ella podrá ingresar tranquila, sin premura ni temores. Podrá circular por nuestras calles con toda comodidad y nadie le impedirá cantar ante miles de personas.

Cuando vino a nuestro país en 1981 la realidad era otra, más densa y dramática. Como Presidenta y fundadora de la organización Humanitas International, había aceptado una sugerencia del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, Presidente del Servicio Paz y Justicia de América Latina, Serpaj de visitar nuestro continente, para conocer nuestra realidad y brindar su solidaridad con nuestros pueblos.

Se definió entonces que arribaría a Argentina, Chile y Brasil. En Argentina, la dictadura militar le prohibió todo tipo de encuentros abiertos; sus pasos fueron celosamente seguidos por efectivos de seguridad nacional.Un simulacro de bombas fue montado en la sede de Serpaj Argentina y las horas que vivió en Buenos Aires fueron de miedo.

Sin embargo, se las ingenió para reunirse –igualmente- con dirigentes de movimientos de derechos humanos, las madres de Mayo, estudiantes y algunos grupos progresistas bonaerenses y alcanzó a cantar en recitales muy íntimos. El siguiente país sería Chile.

Adolfo nos había comunicado la buena nueva de su gira. Los tres gobiernos dictatoriales se pusieron en guardia y el Servicio Paz y Justicia de Chile, logró que su ingreso fuese catalogado como “turismo”.

Aún así su pequeña comitiva fue revisada extensamente el 15 de mayo de 1981, mientras la esperábamos en las afueras del aeropuerto. En 1981 Chile vivía una cruenta dictadura militar. El movimiento de Derechos Humanos (Vicaría de la Solidaridad, Comisión Chilena de DDHH, Codepu, Fasic, Codeju, Serpaj Chile y la Iglesia) era una línea de trinchera en contra de las violaciones a los DDHH.

El gobierno militar no pudo impedir el ingreso de Joan Báez pero impuso severas restricciones siendo la más importante la prohibición absoluta de cualquier concierto en recintos públicos.

Esto representaba diversos dilemas para Serpaj Chile, pero se resolvieron en coordinación con las organizaciones que ayudaron a organizar la gira y luego del arribo de Joan a Santiago, se puso en marcha una agenda de reuniones y encuentros en recintos de Iglesia, en la sede de la Vicaría, en parroquias y en el propio Serpaj Chile, lugares en donde Joan Baez escuchó y tomó notas de los dolorosos testimonios de víctimas y familiares a quienes abrazaba y brindaba el consuelo de su voz y de su guitarra, ante emocionados pequeños auditorios casi reservados.

Los dirigentes del Servicio Paz y Justicia, no obstante, no estábamos dispuestos a aceptar las restricciones de la dictadura. Nuestra filosofía de Paz y No Violencia nos impulsaba a cerrar la gira de Joan con un evento público.

Para ello escogimos un sencillo y modesto salón parroquial de la Iglesia de Santa Gemita, en la comuna de Nuñoa, con capacidad máxima para unas 300 personas, buscando que se cumpliese la restricción de no ser un recinto con fines comerciales, ni un recital pagado y que no fuera público.El ser un salón parroquial confería al lugar una característica distinta.

La convocatoria fue de boca en boca. No hubo volantes ni invitaciones impresas para evitar medidas represivas.

Persona a persona, a través de las amplias redes del movimiento de DDHH circuló la información: “Joan Báez cantará en la Iglesia Santa Gemita”. Ya lo había hecho, con un importante éxito en la Parroquia Universitaria, en el marco de una Misa dominical y con varios cantantes nacionales. Eso indicaba que podíamos cerrar su gira con un evento mayor.

Concluida la agenda de reuniones y encuentros estuvo todo dispuesto en el salón parroquial el 18 de mayo de 1981. Se agregaron algunas luces, conseguimos una amplificación relativamente adecuada.

Nos ayudó en ello, entonces, Ricardo García, del querido y recordado sello Alerce, quien se ofreció para una grabación profesional del recital (el único registro de la época se puede encontrar en youtube como Joan Báez en Chile, mayo de 1981).

Eduardo Yentzen, mientras tanto, Director de la entonces histórica Revista La Bicicleta cooperó con la posibilidad de levantar un registro periodístico del evento y 50 voluntarios de la red de Serpaj Chile, muchos de ellos muy jóvenes, se organizaron como “equipo de producción”.

¿Resultado? El único recital de Joan Báez en Chile, en mayo de 1981, y prácticamente en toda su gira, se realizó entonces en la Iglesia de Santa Gemita, ante un espacio totalmente copado por más de 500 personas en su interior y, he aquí lo extraordinario de la respuesta popular, en la calle de Simón Bolívar, otras 2500 a 3000 personas se agolpaban alrededor del evento, escuchando por parlantes externos el concierto de Joan.

Por cierto, alertados por el vecindario (suponemos) llegaron hasta el lugar piquetes de carabineros y el grupo móvil. Los oficiales a cargo requirieron información de lo que estaba sucediendo y como no podían cancelar o cerrar un recinto de iglesia, sólo pudieron instalar puntos de patrullaje en las calles aledañas.

Minutos después aparecieron funcionarios de la CNI en diversos vehículos y se dedicaron a sacar muchas fotos de la gente.Pero a esa altura, todos los reunidos sólo cantaban y a viva voz, coreando las canciones de Joan, sintiendo esa épica de un canto solidario.

El concierto fue breve, 45 minutos. Al cierre, llamamos a despejar la zona con tranquilidad y así se cumplió. Cerramos el salón y previo, Joan Baez fue sacada por un equipo de Serpaj Chile y conducida a su lugar de alojamiento. Al día siguiente, a primera hora abordó un avión a Brasil.

La noticia de su histórico recital se extendió como reguero de pólvora. Mucha gente lamentó no hacer concurrido, pero estoy seguro que en más de las 3000 personas asistentes, quedó grabado para siempre en el corazón este hermoso gesto de una mujer que se atrevió a venir con su canto, que se solidarizó con el dolor de nuestro pueblo y que a través de su arte nos brindó un hermoso bálsamo.

Sí. Joan Báez arriba a Chile después de 33 años de esa gesta. No habrá ninguna limitación para que recorra nuestras calles libremente y cante con toda su energía y calidad en el Teatro Caupolicán.Será su re-encuentro con un pueblo que tiene en su memoria la belleza de su duro viaje en mayo de 1981.

Y quienes tuvimos la oportunidad de participar activamente en esa gesta, sólo podemos decir que fue una experiencia construida con miedo, pero alentada por la esperanza, que ocho años después –en 1988- tuvo su fruto mayor en la campaña del No.

Gracias Joan Baez por tu testimonio y solidaridad con Chile. Gracias por tu canto internacionalista y humanitario. Gracias por tu cariño hacia nosotros. Eres entusiastamente bienvenida.

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