Primer supuesto, usted está o pronto saldrá de vacaciones. O se irá. Segundo supuesto, usted puede comprar o conseguirse alguno de los libros de este listado. Bueno, ahora sí, podemos presentárselos Seremos breves, usted está por partir.
Dos chilenos tan distintos, pero trascendentes como Elicura Chihuilaf y Raúl Ruiz. Una escritora que continúa cosechando premios y lectores como Alejandra Costamagna.
Otro título de también reciente aparición a fines del 2018, que es el único con precio de cuneta o pirateado, hasta el momento: Matadero Franklin de Simón Soto.
En todos y cada uno, la memoria se constituye como hebra invisible, va y viene como en El sistema del Tacto de Costamagna.
O en una crónica para la memoria distante y cercana de esos emigrantes de África que esperan impacientes en la costa francesa la manera de cruzar a Inglaterra.
La memoria del pueblo mapuche que aspira a ser nación. Y bueno, la tremenda memoria de Ruiz.
Raúl Ruiz: Diario, notas, recuerdos y secuencias de cosas vistas. Volumen I [1993-2001] y Volumen II [2002-2011]. Selección, edición y prólogo de Bruno Cuneo. Ediciones Universidad Diego Portales, 2017.
La filmografía de Ruiz es cuantiosa, pero demasiado desconocida para el grueso de los chilenos y chilenas. Él es parte de esos genios que de tanto en tanto se originan en este territorio, que luego parten lejos y vuelven a intervalos y construyen obras con sello humanitario, más allá del paisito.
Como Matta, Ruiz no cabía en este Chile jibarizado.
Como Andrés Pérez en teatro, seguramente tenía que morir para que se escucharan todos los aplausos. El sibarita y el lector, el coleccionista, el permanente flaneur- paseante está en esas páginas, que de partida son una enciclopedia de los diversos y simultáneos procesos creativos de un artista inagotable.
En verdad, estos diarios podrían ser parte de la ironía con que un maestro cierra y simultáneamente abre la cortina. O sea, otra más de Raúl Ruiz. Y además, estos diarios se constituyen en una refinada guía gastronómica y de buenos vinos demasiado inalcanzable.
Alejandra Costamagna y su nueva y premiada novela, finalista del premio Herralde, El sistema del tacto, Anagrama 2018.
En Chile, salvo en las redes sociales y en algunas breves notas, ha pasado desapercibido ese reconocimiento. En su quinta novela y antes de los 50 tiene obra e identidad propia en la narrativa chilena.
Su voz anticipa a otras mujeres y su vigencia como periodista, docente y escritora tiene en ese premio un nuevo y merecido respaldo.
Ya se ha dicho que Alejandra es parte de una ola por venir en un nuevo boom latinoamericano, que está vez tendrá presencia de mujeres. Porque no es que no existieran en los sesenta, simplemente quedaron fuera de la foto escritoras como Marta Brunet en Chile, Laura Valenzuela en Argentina, Cristina Peri Rossi de Uruguay, entre muchas otras de Brasil, México, etc.
De plena actualidad Elicura Chihuailaf, y su Recado Confidencial a los chilenos, Lom, 1999. Recientemente - el 2016 -en una nueva y ampliada edición. La mirada del pueblo mapuche que con Chihuilaf advertía a los y las chilenas de su existencia y de la no renuncia a sus derechos hace tan sólo 20 años.
Mensaje importante de conocer y comentar en familia, con nuestros jóvenes trascendiendo ese instante próximo, cuando los medios dejen de titular lo mapuche, pero ellos sigan ahí mismo, como hace rato.
Matadero Franklin, de Simón Soto, Planeta, 2018. Rápido, sin pausa, sin grasa, no hay nada de más. El autor demuestra su oficio de guionista. Me recordó a Cachetón Pelota de Armando Méndez Carrasco o El Roto de Joaquín Edwards Bello. O los textos de Rolando Rojo sobre los barrios prostibularios de Santiago norponiente.
Los oficios del Matadero, o las historias de machos que protegían princesas y calles con sangre, en uno de los límites de ese viejo Santiago. Soto crea la escena para poner el alfiler donde duela: los inicios de la diosa blanca, del tráfico y de sus rápidas fortunas.
Una muy excelente biografía de Mário Magalhaes, Marighella el guerrillero que incendió el mundo, Casa de Las Américas, La Habana, 2015 y Premio el 2014.
Una biografía de uno de los líderes guerrilleros más longevos de los 60: Carlos Marighella, cuidado por los orishas hasta su delación y muerte. Posiblemente hoy lo perseguiría Bolsonaro a él y a este libro.
Puede ser difícil de encontrar en librerías, pero es muy seguro que este entre los libros del Persa Franklin - en el galpón cerca de los muebles antiguos - o en Mercado Libre también. Nueve años de trabajo de investigación y escritura y 900 páginas, son indicadores de un trabajo serio y nada compulsivo.
Y por último, Calais. Una crónica testimonial muy lograda de Emmanuel Carrere, Anagrama, 2017. Un escritor francés plenamente vigente, que con una crónica de 81 páginas relata las olas de migrantes que se han desplazado por Europa buscando mejores días, situación que también conocemos en Chile, ahora último con chárter de retorno y groseras diferencias entre ser haitiano o venezolano. Carrère ha dicho, que retorna al periodismo para descansar, aunque se adivine que todo lo que escribe estira la realidad, hasta hacerla inverosímil.
Para quien escribe, lo importante y trascendente es la recepción. Que tú o usted aproveche este tiempo extra y lea alguna de estas obras y sencillamente se olvide de todo el resto.
Y resignifique cada una de estos imaginarios desde el propio. Recién ahí, estos cinco creadores habrán culminado su trabajo, bueno hasta su próxima obra.
Y en el caso de Raúl Ruiz loco y genial, sus diarios de 1200 páginas, sean una amistosa invitación para adentrarse en su filmografía.
Después de esas lecturas, téngalo por seguro, habrá crecido.
Buen descanso.
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