Necesario reconocer la naturaleza del expertiz que hace falta para verdaderamente hacerse cargo de garantizar el salto de paradigma que es indispensable si el anhelo es proponer nuevos caminos, nuevas maneras de relacionarnos como sociedad, que contribuyan a la transformación evolutiva, que nos permita realmente salir de la crisis de modelo que hoy seguimos atravesando.
Necesario contar con personas expertas en metacompetencias humanas capaces de conducir la oportunidad, ofreciendo una matriz receptiva, amplia, profunda, que acoja a todas las partes involucradas en cada conflicto o choque de miradas; capaces de identificar y transparentar el trasfondo real superior, la dimensión esencial, de cada una de ellas, los espacios comunes y las diferencias complementarias; capaces de generar síntesis y lecturas novedosas que enriquezcan la comprensión de cada parte, y que permitan encontrar e instalar aquel punto de vista desde el cual se hace posible brote una mirada integral, trascendente y completa, que ofrezca salidas o respuestas de superior naturaleza a las materias en conflicto, orientando el quehacer hacia el bien común, efectivamente.
El planeta todo evoluciona, no solamente las civilizaciones humanas que lo habitan. Evolucionan los demás reinos, las condiciones geográficas, el estado cuántico del Universo, todo, absolutamente todo está en una constante expansión evolutiva.
Claramente nos encontramos en un momento evolutivo crucial, en el cual se hace patente la crisis de un modelo que poco se ha hecho cargo de la naturaleza cuántica, esencial o sutil de la realidad –espacio natural donde habita la dignidad, por cierto- y que, por lo tanto, los saberes o expertiz de sus líderes actuales, de cada bando, son limitados, parciales, y tienden a la polarización y la lucha de unos contra otros, muy lejos de un verdadero afán de bien común sin segregaciones ni exclusiones.
Por supuesto que a estos líderes habrá de incluirles en la búsqueda de soluciones y estrategias, pero hace falta, mucha falta, para garantizar novedad y no más de lo mismo reacomodado, que la matriz que les integre sea conducida desde un meta-nivel que no pertenezca ni a los unos ni a los otros, que simplemente ofrezca un catalizador, que por su propia presencia en actitud trascendente instale la altura suficiente para que se produzca la mágica alquimia y evolucionemos, dejando a "moros y cristianos" experimentándose satisfechos.
Mientras tanto -mientras frente a nuestros ojos vemos que esa altura de garantías o mecanismos necesarios, no está ni siquiera insinuada en la mirada que hoy conduce- es menester que cada cual se haga cargo de expandir su propia consciencia, su propia perspectiva, a fin de instalarse desde aquel espacio donde es posible ofrecerse a sí misma, mismo, una matriz receptiva que acoge las propias luces y sombras, que las asume e integra evolutivamente, ganando en coherencia, avanzando hacia un mejor vivir en consciencia de unidad en un Todo superior, día a día.
Resulta difícil el desafío. Más, no hay que esmorecer, pues existe en aquel plano superior que nos incluye y trasciende, un pulso evolutivo que nos empuja, sutilmente y sin pausa, hacia dar el salto que toca, más allá de nuestras voluntades terrenas, por ello, es tan importante estar atentas, atentos, a sostener abiertas nuestras consciencias para reconocer las señales que configuren el acceso a la nueva era.
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