Reforma, no ajuste tributario

El Gobierno ha anunciado que el próximo mes ingresará su propuesta por una Reforma Tributaria al Congreso. Junto con reiterar que no estaremos disponibles para ajustes menores, sino para una real reforma que permita financiar la agenda social, es preciso considerar algunos aspectos.

En el mes de enero del 2012, la oposición presentó un documento llamado “Reforma Tributaria contra la desigualdad y el abuso” donde planteó recaudar más -del orden del 3 a 4% del PIB (estimado entre US$ 6.000 a US$ 8.000) de aquí al 2020 – y planteó la necesidad de implementar una equidad tributaria, aumentando la carga de quienes tienen más o perciben mayores ingresos.

Ese consenso va acompañado de la idea de que esos mayores recursos permitirán realizar los cambios en educación, salud, descentralización, protección social que la ciudadanía ha demandado desde 2011 y que por esa vía más familias chilenas disfruten de los beneficios del crecimiento.

Mediante diversas vocerías DC –en estos meses- se ha insistido en que el país necesita una Reforma tributaria de verdad que implique más recaudación fiscal.

En paralelo, se han divulgado diversos estudios que muestran que Chile tiene la carga tributaria más baja de la OCDE y que los ingresos tributarios en Chile disminuyen escasamente la desigualdad social existente; argumentos que han reforzado la urgencia de una real Reforma Tributaria.

La carga en Chile es del orden de un 21% del PIB, lo que está por debajo de la carga promedio de 30% de los países OCDE y las exenciones tributarias implican –según informe de SII- casi un 4% del PIB que no se recaudan (US$ 9.000 millones) y sólo favorecen al 1% de más ingresos del país.

Este punto de disminuir exenciones –post antecedentes OCDE- se convirtió en tema visible para la oposición y por ende el mix planteado a la opinión pública ha sido: recaudar más, elevando la tasa impositiva a las empresas (23 -25%); disminuir exenciones tributarias, de tal modo que paguen más quienes tienen más ingresos y con eso financiar una agenda de nuevas políticas sociales contra la desigualdad.

Esta semana, en tanto, se anunció en forma general la propuesta del Gobierno: mantener en 20% la tasa para las empresas y disminuir el impuesto de timbres y estampillas que se pagan en los créditos y disminuir impuestos para las personas lo que significaría una recaudación de US$ 700 millones anuales.

Obviamente, a la luz de todos los antecedentes, la propuesta del Gobierno es una pequeña reforma, más bien un ajuste, y no resolverá la urgencia de mejorar la calidad de nuestro sistema educativo y de salud como lo piden la mayoría y especial la clase media.

El país necesita una Reforma Tributaria que recaude entre 3 -4% del PIB y el gobierno nos propone un ajuste que recaudará 0,3% del PIB que es muy insuficiente y poca ambiciosa.

Un Chile más equitativo requiere más recaudación fiscal: 3 a 4% del PIB y no esta propuesta que recauda sólo 0,3% del PIB. Eso es posible y debemos hacerlo para que los chilenos y chilenas sientan que estamos construyendo un país con más oportunidades y más equitativo.

Si el gobierno no accede será un tema principal de la próxima campaña presidencial, porque estamos convencidos de que la mayoría del país quiere una Reforma Tributaria de verdad para aliviar endeudamiento familiar de la clase media en educación superior, mejorar la calidad y atención de la salud pública, transferir más recursos para una efectiva descentralización a las regiones y municipios.

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